junio 09, 2008

LAMADRID SE SOBREPUSO A LA ADVERSIDAD



Núñez y Sosa se disputan el balón. En un emotivo espectáculo, los Carceleros se impusieron 8 a 6 a Parque.

En uno de los dos partidos de Primera División que se disputaron el fin de semana, Lamadrid venció como local a Parque por 8 a 6. En el encuentro restante, en Rosario, River superó a Central 4 a 2.
En Devoto, el encuentro resultó muy atractivo desde el punto de vista de las emociones, sumado al condimento que le dio el hecho de ser un enfrentamiento al cual el público no le dio la espalda. Por todo esto y porque los grandes vaivenes en el marcador se convirtieron en la principal característica de la noche, los que asistieron al encuentro, de ningún modo pudieron haberse retirado defraudados.
Al minuto de juego, Pícoli puso en ventaja a Parque, al aprovechar un error de Rugnone. Sin embargo, Lamadrid lo dio vuelta hasta colocarse 4-1, cifras con las cuales terminó el primer tiempo. Dos de los goles los señaló Rugnone –uno de penal- , que así se reivindicó de su equivocación inicial, y Juan Sosa hizo los dos restantes. Este último jugador, por el notable rendimiento que tuvo a lo largo de los 40 minutos, resultó la máxima figura del partido.
En el segundo tiempo otra vez se dio vuelta la “tortilla” y Parque, de ir 4-1 abajo, llegó a estar 6-4 arriba, gracias a virtudes propias y fallas del rival, que pareció reingresar adormecido al rectángulo. Felder, Pícoli, otra vez Pícoli, Pérez Martín (con una excelente definición) y Núñez –en ese orden- fueron los goleadores tricolores. Pero el tanteador, a partir de los 14’, dio un nuevo vuelco. Esta vez, el definitivo. Dos goles consecutivos de Fantacone le dieron a los Carceleros la transitoria igualdad en seis. Enseguida, un golazo de Calo –definió con un taquito sutil ante la salida del desorientado Bianco- puso al local arriba. Segundos más tarde, el mismo Calo se encargó de asegurar el resultado. Faltando algo más de un minuto, Lamadrid llegó a la sexta falta y Pícoli tuvo la chance de descontar, pero desvió la ejecución y el marcador quedó sellado.

Más allá de lo estríctamente futbolístico, dos sucesos en Devoto merecen ser destacados. El primero, por cierto lamentable, tiene que ver con el minuto de silencio que se hizo al comienzo de la cuarta. Ello se debió al fallecimiento del padre de Federico Marozzi, de Lamadrid, quien falleció mientras jugaba un partido de fútbol. El otro, más agradable, está relacionado al campo de juego recién pintado. En los días previos, las remodelaciones fueron realizadas por la gente del futsal de Lamadrid -también de Allende, que utiliza el mismo gimnasio- y el trabajo quedó realmente impecable.

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