La Selección jugó 35 minutos a un nivel supremo y le ganaba 2-0 a Brasil, pero el pentacampeón mundial reaccionó a tiempo y se quedó con la Copa América en el alargue por 4-2. San Juan despidió con aplausos a Giustozzi y cía. Texto: Agradecimiento Pasión Futsal.
Es inevitable empezar a contar lo que pasó este
miércoles en el estadio "Aldo Cantoni" de San Juan desde la tristeza y
la bronca de un resultado, pero todo lo que ocurrió también da una
alegría inmensa.
Porque
fue esta misma Selección que defendía el título de Portoviejo 2015 la
que se puso la vara tan alta y nos "acostumbró" a ganar, que llenó una
semana seguida un microestadio de 8500 personas, "movió" las redes
sociales otra vez e hizo sentar frente al televisor a mucha gente que,
quizás, escuchó por primera vez la palabra "Futsal".
Fue
4-2 para Brasil, en alargue, después que Argentina hizo 33 minutos de
una excelencia tremenda, que le permitió estar dos goles arriba en el
marcador.
Maxi
Rescia, habilitado por Cristian Borruto -la figura albiceleste-,
controló con el pecho y con una sensibilidad extrema en el pie puso la
pelota por encima de Guitta, para estampar el 1-0.
Argentina
dominaba desde el ataque posicional y tenía una intensidad bárbara en
ataque, por lo que justificaba la ventaja en el resultado ante un Brasil
timorato, que apenas se acercó con un par de remates de media distanci,
bien resueltos por Nico Sarmiento.
Del otro lado, fue Guitta el que mantuvo a tiro a Brasil, con un par de atajadas notables sobre Borruto y Wilhelm.
En
el complemento, a la Argentina, la rotación se le empezó a acortar a
Giustozzi, pero el dominio territorial y de ritmo siguió siendo
albiceleste, ante una multitud que vibraba con cada recuperación,
gambeta o remate al arco.
El
primer click del partido fue cuando PC de Oliveira, el DT de Brasil,
puso a Tiago por Guitta en el arco de Brasil, porque si bien
tácticamente hubo alguna modificación, lo principal fue psicológico.
Rocha -de gran partido- bajaba todas las pelotas que le tiraran y
complicaba a la Argentina.
A
los diez minutos se produjo una jugada increíble, ya que quedó Borruto
mano a mano con Guitta, cedió a Rescia para anotar, pero apareció una
pierna de Lino milagrosamente para salvar a su equipo. Segundos después,
con un gran quite de Borruto y cesión de Cuzzolino, Rescia tuvo su
segunda chance pero esta vez Guitta se quedó con lo que hubiera sido el
segundo gol argentino.
Finalmente,
a los 13 minutos, llegó el festejo tan esperado: Borruto salvó en su
área, arrancó un contragolpe ciego para juntar tres camisetas
verdeamarelhas, para tirar una pared con Cuzzolino y cerrar un golazo.
El
Aldo Cantoni era un hervidero, pero en la primera jugada de
arquero-jugador para Brasil, Leandro Lino se filtró en el área como
opuesto y definió.
Argentina
no pudo sentirse cómodo en la defensa y faltando poco más de un minuto,
Felipe Valerio ingresó solo en el segundo palo para coronar una buena
jugada colectiva, a una velocidad tremenda.
Así
se llegó al alargue, con Argentina habiendo hecho un desgaste muy
importante que se traslució en las piernas, pese a que dejó hasta la
última gota de sudor en cancha.
En
el último minuto del primer tiempo suplementario, Marcel -que había
dado las dos asistencias para el empate- bloqueó un remate de Stazzone
con la fortuna que le salió a su ventaja, por lo que corrió solito
contra Sarmiento y definió.
Menos de treinta segundos después, otra transición finalizada por Arthur en el segundo palo estiró la diferencia.
Matías
Rosa se calzó el buzo de arquero para todo el segundo tiempo
suplementario, pero la finalización albiceleste no fue la más esperada y
Argentina vio como la defensa del título se le escurría de las manos.
Argentina
se retiró inundado en aplausos, porque este equipo contagia y, sobre
todo, respeta a sus rivales. Porque el deporte es así, un día te toca
ser campeón del mundo y otro día perder una final ganando 2 a 0.
Nada
que reprocharse ni reprocharle a esta Selección, será momento de cerrar
un ciclo, no desde los nombres, sino de buscar el progreso constante
para que este momento, perdure en el tiempo.
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