La Revista Nueva "es una publicación que sale dominicalmente para casi todos
los diarios del interior del país", cuenta Aníbal Vattuone, autor de una nota a cuatro páginas sobre el futsal argentino. La misma acaba de ser publicada y contiene reportajes a Diego Giustozzi, Ignacio Caviglia y Alejandro Pérez (River) y nuestro director, Pablo Wildau. A continuación, el propio periodista cuenta la "trastienda" de su producción, la impresión que le dejó el contacto con sus entrevistados y su propia opinión acerca de nuestra actividad.
La entrevista con Diego Giustozzi, sencillamente, fue un
placer. Un hombre joven, criterioso, sencillo y, al mismo tiempo, práctico.
Léase por práctico no el facilismo de encasillarlo en lo “pragmático”, sino de
cuidar el buen fútbol, sobre todo eso, con un discurso ameno y sin complicación
(se entiende y espera que sea así también con el futbolista). Se lo ve un
hombre que se formó, que se preparó y que está en el lugar que quiere estar.
Toma tal rol con responsabilidad y orgullo. El reportaje fue vía telefónica y duró alrededor de veinte minutos. Habla sin
pausa, pero con fundamento, no se lo intuye una verborragia falaz. Tiene muy en
claro lo que quiere, vive de la planificación, y eso, más el talento de los
chicos del futsal, ha traído sus buenos dividendos. Sabe a lo que quiere jugar,
reconoce que en las pequeñas está la diferencia entre ganar y perder. Se
adivina también que sus dirigidos, además de la clase para jugar, se preparan
con conciencia y “profesionalmente” (vaya paradoja). Se lo nota con pasión, con
ganas de ir por más, de no quedarse con lo obtenido y esas esa una gran noticia
para el futsal argentino. Su mejor condición, acaso, es que él es el primero en
reconocer “esto es deporte, y algún día vamos a perder”. Agradece íntimamente
que los títulos lo acompañaron, pero no hay que olvidar que lo más relevante ha
sido el cómo y la forma. Eso no ha sido
lo único, pero sí lo que más importa. Si bien en el Mundial se vio “favorecido”
por el camino algo más libre para acceder a la corona, accedió en buena ley y
más que merecidamente. Cuando lleguen las derrotas, los dirigentes son los
primero que no deben olvidar todo lo que él está haciendo por tornar el futsal
nuestro más grande y entre las potencias.
Con respecto a Alejandro Gabriel Pérez, D.T. de River, está
en sintonía con Giustozzi. Ambos de trayectoria europea, han traído de allá las
mejores costumbres, adosándole el talento del gen argentino. Sin tanta
voracidad ofensiva como el técnico de la Selección Argentina, apuesta más a una
palabra que quizá sea una favorita: equilibrio (y pelota parada, una
debilidad). Fue muy amable y también se le ve su gran amor por el deporte. No
sería raro que su River sorprendiera. De Ignacio Caviglia, su capitán, se lo ve
maduro y prudente. Lejos del líder vehemente, allana el camino desde el ejemplo
y la conducta. Como dato color, este capitán de River es el mejor que el equipo
millonario podría tener: “Nacho”, como todos le conocen tiene sangre roja… y
blanca. Ama con locura a River, y sueña con ganar la Copa Libertadores.
Por último, mi humilde punto de vista, es lo que muchos
observan: el futsal argentino pasa por su mejor momento y no quiere dejar de
crecer. Si se vuelve profesional, al ser el deporte que más se practica en el
país (dixit Gisutozzi), puede llegar a causar una profunda revolución en
nuestro país
No hay comentarios:
Publicar un comentario