La última nota que le habíamos hecho, fue en enero de 2013. Allí anunciaba que se retiraba del futsal, tras una fructífera trayectoria que entre otras camisetas, incluyó nada menos que Boca, River y la Selección. Juan Pablo Cabral se había iniciado en Atlanta, y merced a sus destacadas actuaciones, fue adquirido en 1999, por el Boca que conducía Fernando Larrañaga.
En el esplendor de su carrera, a mediados de la década pasada, tuvo numerosas convocatorias a la Selección, si bien no pudo darse el gusto de jugar un Mundial porque también estaban en su apogeo las grandes figuras del exterior. Luego pasó a River, donde actuó algunas tenporadas, tuvo un efímero regreso a Boca y otro a Atlanta, para colgar los botines jugando para Juvencia. “Ya no tengo el entusiasmo de cuando era un pibe, voy a seguir vinculado al futsal, pero sólo como espectador”, anunciaba por aquel entonces.
Sin embargo, cinco años después volvió a picarle el bichito y con 37 recién cumplidos, se pondrá la casaca de Hurlingham, entidad que lucha por mantener la categoría en Primera B. A propósito, su técnico Oscar Landriel le comentó a La Voz del Futsal: “En la primera rueda el equipo no jugó mal, lo que pasa es que nos costó muchísimo convertir”.
Acerca de Cabral, manifestó: “Lo conozco por haberlo dirigido en Veteranos. Le hablé para que fichara para nosotros y logré convencerlo. Lo veo bien y puede sernos muy útil. Esperemos mejorar con relación al primer semestre y quedarnos en la B”, señaló el técnico que en 2016 hizo que Hurlingham consiguera su máxima alegría en la actividad.
Foto: Cabral con la camiseta de Atlanta, junto a su ex compañero Hernán Introcaso. En la foto de arriba, cuando con la Selección obtuvo el Torneo Internacional de Malasia (2003), tras derrotar a Brasil.
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