«La palabra para definir este momento es motivación», afirma Pablo MAvilián, a pesar de que su equipo perdió el domingo por segunda vez en el torneo. «Más allá de estos resultado, estamos muy enchufados. Se armó un grupo excepcional y ojalá sea la base de algo bueno», agrega el futbolista de UGAB, quien con 29 años recién cumplidos, es uno de los símbolos del conjunto de la colectividad.
«En ese entonces fue un duro golpe pero hoy lo tomamos como un aprendizaje», dice, a propósito de la no clasificación de UGAB para la Copa de Oro del año pasado. «Quedamos afuera por haber sido sextos en nuestra zona, pero la prueba de que se hicieron las cosas bien, está en que tanto el técnico como la mayor parte del plantel sigue intacta. Los dirigentes vieron un buen trabajo de Juan (Massola) más allá de los resultados y le ratificaron la confianza. En lo personal, yo también aprendí mucho junto a él. Ahora, las expectativas son las de llegar lo más alto posible, tomando cada partido como una final».
Los elogios hacia el entrenador continúan: «Apenas tiene 25 años y por su corta edad, que no es un dato menor, sabe mucho y es un apasionado de esto. A mi entender, hace buenas lecturas de los partidos. Si bien los que definen son los jugadores, Juan nos dio conceptos teóricos muy necesarios». El estilo de juego de UGAB también merece la reflexión de Mavilián: «En lo defensivo es en lo que Juan más machaca. Este año también sumamos variantes en ataque, esperemos que con el correr de la fechas todo lo teórico logremos plasmarlo en la cancha».
Mavilián hizo una comparación de la actual gestión con la del técnico anterior, Carlos Kapelián: «Son dos buenos líderes, aunque con estilos diferentes. Juan es bastante detallista y para el afuera, quizás demuestra más orden. Pero a Carlitos (N. de la R: se radicó en Córdoba por razones laborales) lo extrañamos un montón. El hacía esas tareas que ahora debemos realizar entre algunos jugadores que nos hicimos cargo de organizar todo esto», cuenta Mavilián, quien además dirige en divisiones inferiores. Y concluye: «Nos dimos cuenta de que el trabajo que hacía Carlitos era inmenso. Es el tipo de persona que quizás la gente valora recién cuando ya no está, aunque de mi parte, lo valoré siempre. Pero estamos contentos porque le está yendo bien en su nuevo emprendimiento, lejos de la actividad. El es una gran persona y se lo merece».
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