Diego Baliña formó parte del frustrado proyecto de Tristán Suárez. Hoy, es árbitro de Promo-cionales.
«Era como estar en un cuento de hadas, demasiado lindo para ser real, y lamentablemente se cumplió». Hay una mezcla de desconcierto y frustración en las palabras de Diego Baliña, el hombre que llegó a Tristán Suárez con la misión de dirigir al plantel superior y luego de trabajar dos meses se quedó con las manos vacías. Y, lo que es peor, sin explicaciones: «Es muy duro lo que pasó y es el día de hoy que no tengo la certeza de por qué se terminó todo», indica.
Trisrán Suárez tenía todo preparado para comenzar su participación en el futsal. Pero aquel entusiasmo se transformó en desilusión cuando el club desechó la posibilidad de sumarse a la actividad. «Yo viví todo el proceso. Practicamos en el gimnasio Municipal dos meses, era un estadio espectacular: 40 por 20, capacidad para 2500 personas. Pero de un día para otro la gente que estaba a cargo desapareció sin dar la cara. Ojalá algún día se aclare todo y una institución grande como esa vuelva al futsal, más allá de que sea conmigo o con otro técnico. Fue algo muy extraño pero bueno, siempre pasan cosas extrañas en esta disciplina”.
Baliña agrega: “En el tiempo que duró el trabajo sólo tuve contacto con un señor Núñez, que era el supuesto encargado de la actividad, y al que después no pude volver a ubicar. Nunca hablé con un directivo. Espero poder hacerlo alguna vez para tener una explicación. De todas formas, ahora trato de olvidarme de esa cuestión y mirar hacia adelante”. Si bien no es lo que más le preocupa, el DT reconoce que también le adeudan dinero: “Existía un acuerdo con Núñez, que tampoco se cumplió. Nuestro sacrificio fue grande. Con el profe hacíamos a diario muchísimos kilómetros en moto para ir a entrenar, pagando nafta, peajes... Ya está, no se dio... Igual, sé que el camino correcto siempre es hacer las cosas con profesionalismo, así como lo hicimos nosotros”.
Desde un costado distinto, Baliña encontró, no obstante, la manera de seguir vinculado, ya que está desempeñándose como árbitro de las promocionales. «Esto lo hago a partir de la docencia. La idea del árbitro de estas categorías es la de enseñar el juego y el reglamento, que es lo básico. Yo soy profesor de Eduación Física y me encanta trabajar con los pibes», concluye.
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