Matías Alejandro terminó de redondear un excelente Apertura considerando que nunca había jugado futsal de AFA. Con tres goles ante Barracas, el futbolista de All Boys, llegó, además, a compartir con Avendaño el primer puesto entre los goleadores albos. En marzo, a los 24 años, el hombre «sin apellido» vino de Mar del Plata para acoplarse a una ciudad y un equipo que le eran totalmente desconocidos. Algunos meses después, se puede afirmar que, por lo menos al futsal, ha logrado adaptarse con creces. Mediante esta nota, presentamos a «Chuky» (por su baja estatura) en sociedad:
«A Barracas le ganamos bien. Veníamos de una racha muy mala, fueron seis derrotas consecutivas donde merecimos ganar más partidos de los que perdimos. Pero el sábado hicimos un gran partido, respetando lo que trabajamos en la semana y sacando tres puntos muy valiosos».
«La clave de la mala racha que sufrimos fue la desconcentración. Nos descuidábamos un par de minutos y enseguida estábamos dos o tres goles abajo. Después, ya era tarde para remontarlo. Además teníamos posesión de pelota y llegábamos al arco, pero no conseguíamos concretar en la red».
«Todos coicidimos en que All Boys tiene equipo para estar mucho más arriba. Pero como se dice en el fútbol, los goles no se merecen, se hacen. Por eso, de nada sirve lamentarse ahora por esos puntos perdidos».
«A mí me contactó Maranga (el técnico Cristian Peratta) para venir a All Boys. Me lo ofreció, acepté y como me empezó a ir bien, me quedé. Me sorprendió mucho su llamado. Ahora estoy tratando de dar lo mejor por esta camiseta., me siento muy a gusto en el club».
«En Mar del Plata, jugaba en Pesquera Juancito, un equipo de la otra liga. Nosotros fuimos campeones panamericanos, yo estuve en la Selección Argentina de la Cafs. Y bueno, gracias a esas buenas actuaciones estoy acá y por suerte pude cumplir, si bien creo que todavía me falta demostrar más. En All Boys pienso quedarme al menos hasta fin de año, más allá de algunos problemas personales que tengo y que quizás hacen que falte algunas fechas en el Clausura. El año que viene veremos. Por ahora quiero seguir en All Boys para dejarlo lo más arriba posible y mantener la categoría».
«Estoy viviendo solo, en un departamento en Floresta que me prestó la señora de mi papá, que vive de Mar del Plata. Es una linda experiencia, aunque se me hacía muy difícil estar acá sin mi familia. Por eso, empecé a trabajar. No lo necesitaba tanto por lo económico, ya que estoy bien con la mano que me da el club, sino para hacer algo con tanto tiempo libre. ¿De que trabajo? Con el Pelado Ferreyra, hacemos reparto de sandwiches por Capital. Además, eso me sirve para conocer un poco...»
«En relación al juego, arranqué flojo y recién me saqué la mufa con un gol que le hice a Pinocho. Después, me fui adaptando, y eso que me ponen en una posición que no es la mía. Antes yo jugaba de último y Maranga acá me ubicó como pivot».
«El reglamento también es muy diferente. Yo lo fui aprendiendo durante los partidos. Me ha tocado ser arquero-jugador sin saber bien las reglas. Todo se dio sobre la marcha y hoy me siento muy cómodo, por suerte».
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