septiembre 09, 2012

EL LA HOGUERA DEL DESCENSO, BARRACAS ASOMÓ LA CABEZA

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Barracas venció a Independiente 3 a 2. Pero... ¡qué manera de sufrir! Sufrió el visitante, sufrió el local… Sufrieron todos en este partido clave en la lucha por evitar el descenso. Claro que en definitiva, fue Barracas el que en contraposición a tanto padecimiento, obtuvo los tres puntos y lo vivió con la inmensa euforia que implicaba haber sacado un triunfo vital, superando además a su vencido en la tabla del promedio. Ahora, el elenco ganador quedó en zona de promoción mientras Independiente bajó a la del descenso directo.
 ¿El partido? Fue una verdadera batalla, en la cual ninguno los dos se guardó nada, buscando una victoria que les diera oxígeno para salir de la terapia intensiva en la que se hallan desde el comienzo de la temporada. Por eso, más que con lo estrictamente futbolístico, el comentario tendría que estar vinculado a lo emocional, ya que eso fue lo que le dio vida a un cotejo marcado a fuego por el nerviosismo y la ansiedad.
 Pero lo más destacado, acaso, es que considerando esa realidad, no hubo que lamentar el más mínimo incidente, y en eso tuvieron que ver la corrección de los protagonistas y la buena tarea de la dupla arbitral encabezada por Javier Santamaría.
 En cuanto al partido, no había pasado nada todavía, cuando a los 3’, Trifone señaló el 1-0 de tiro libre. En aquel primer tiempo no había más goles. ¿Por qué? Porque si bien los dos contaron con varias ocasiones (Independiente por la presión que ejerció y Barracas por las chances de contra, que tuvo) no estuvieron finos en la definición.
 
 En el complemento crecieron los nervios, la pierna fuerte –pero siempre leal- y la presión por parte del local, sobre el arco de un Nazar Dalio que con el correr de los minutos fue transformándose en figura. Sin embargo, el equipo de Nikolic no consiguió definirlo y su oponente aumentó en base al aprovechamiento de los espacios generados en la retaguardia roja. Lo hizo a los 11’ a través de Galiñanes, que recibió una asistencia de un Brian Hughes que había robado el balón tras una equivocación defensiva del dueño de casa.
 A los 15’, Guariniello estampó el 3-0 mediante otro contragolpe muy bien resuelto. Sólo quedaban 5 minutos, pero a partir de ese momento, el juvenil Independiente, con encomiable actitud, sacó fuerzas de donde no tenía, y cuando no tantos apostaban por su reacción, casi logra la hazaña de empatar un encuentro que tendría un infartante final.
A los 16’, Quetgla logró el descuento después de mucha insistencia. Un minuto más tarde, Hermida logró vencer una vez más a Dalio, poniendo las cosas 3-2, mientras el conjunto de Pacheco ingresaba en quinta falta.
 Los instantes definitorios fueron terribles. Para Barracas, que se vio encerrado en su campo, el tiempo no pasaba más. Para Independiente en cambio, el reloj corría rápidamente. Hasta que faltando 18 segundos, Escobar lo bajó al arquero Coronel –que prácticamente era un jugador más- en la mitad de la cancha y nadie protestó la sanción de la sexta falta.
Garbarino ejecutó la pena y Dalio, agigantándose, alcanzó a manotear al córner. Acto seguido, volvió a ahogar el grito de gol del local, sacando patente de héroe, en otra jugada que tenía destino de red. De inmediato, vino el silbatazo del cronometrista, que significó el final del martirio para un Barracas que, mezcla de festejo y desahogo, exteriorizó su alegría durante largos minutos.
Para los locales, la desazón fue grande. Ni siquiera la satisfacción por  haber dejado todo, pudo aplacar el dolor de una derrota que a punto había estado de evitar.

SALDOS Y RETAZOS
 Más allá de la urgencia de ambos equipos por ganar, lo destacable de este partido fue la aparición de un nuevo escenario para el futsal. El campo de juego del sindicato SECLA, ubicado en Avenida Mitre al 1300, Avelleneda,  arrojó excelente comentarios tanto por las amplias medidas del rectángulo como por la comodidad del estadio.
 Un novedoso sistema que anunciaba cuando un equipo llegaba al límite de faltas, también fue uno de los hechos pintorescos de la noche. En esta caso, sólo Barracas Central tuvo que utilizar el cartel.
 En el primer período el tablero electrónico sufrió algunas dificultades. Por eso, en el segundo, directamente se implementó la utilización del cronómetro manual para el control del tiempo. El cronometrista se sentó con un delegado de cada lado, y el hecho de que el reloj no estuviera visible para los protagonistas y el público en general, se transformó en un condimento que aportó más dramatismo todavía, a un ST de alto vuelo emotivo. Así, los jugadores, se dirigían a la mesa arbitral en innumerables oportunidades, a fines de saber el tiempo que restaba.
Luciano Camilli, cuyo rostro refleja felicidad, jugó un partido especial. Pero no sólo porque en Independiente transcurrió la totalidad de su carrera hasta el año pasado. Además, unos cuantos rivales, habían sido por él dirigidos en la cuarta del Rojo, de la que fue técnico por varias temporadas: Gabriel González, Breddels, Mambrín, Telesca, Méndez y Flores, fueron esos jugadores. Con algunos, se cruzó fuertemente en ciertas instancias del juego. Una vez terminado el cotejo, predominaron los saludos afectuosos.
Sebatián Pacheco y Jorge Nikolic. Estuvieron juntos en la entidad de Avellaneda cuando el actual DT de Barracas dirigía la primera de Independiente y "Iure" estaba en las inferiores, ganando cuantiosos títulos. Apenas se reencontraron, el respetuoso saludo fue inmediato.

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