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Apenas se presentaron con ocho jugadores, de los cuales los cinco titulares actuaron casi todo el partido. A pesar de eso, Villa Argentina le ganó a Argentinos 5 a 3 en condición de visitante, cortándole una buena racha que lo había devuelto a la lucha por entrar el reducido.
Por su inferioridad numérica el triunfo de los de Gerli tuvo características de hazaña. El visitante llegó a tener una ventaja de 3-0. Su rival pudo empatarle con gran esfuerzo y cuando parecía que pasaba al frente en el marcador, finalmente fue Villa Argentina el que, en el último minuto, le dio dos estocadas mortales aprovechando los espacios generados en el sector defensivo de los Bichitos.
Las principales virtudes del elenco ganador estuvieron dotadas de una simpleza extrema: un partido casi perfecto de su quinteto, sumado a la extraordinaria actuación de Leandro Amaya, un chico que jugó para diez puntos, volviendo loco a todo el equipo adversario a lo largo de los 40 minutos.
Con gol de Samaniego a los 4', el Verde sorprendió de entrada a un conjunto que no esperaba sufrir como lo hizo. No se había podido reponer Argentinos del primer gol, cuando a los 9' llegó el segundo de Arnese, tras asistencia de Amaya. Y a los 14' se repitió la fórmula del éxito visitante: pase de Amaya y Arnese que la empuja a la red para poner el impensado 3-0.
Argentinos, con más vergüenza deportiva que buen juego, terminaría empatando. Un minuto antes del cierre del primer tiempo, descontó Dopico. A los 4' del ST, Pérez Leiva, de penal, marcó el 2-3. A los 16', un tiro libre muy bien ejecutado por Catelani, implicó el celebrado 3-3. Pero quienes apostaban a una victoria local se equivocaron. Era una idea generalizada que los dirigidos por Ponce -siendo tan pocos- iban a acusar el impacto físico. No obstante, no ocurrió tan así. Argentinos pretendió llevarse por delante a los de Gerli, pero no lograron vulnerar al seguro Di Massa y a un MArtín que se multiplicaba en defensa. Y no sólo que no pudieron ganarlo, sino que lo terminaron perdiendo a partir de una contra espectacularmente resuelta por Amaya, cuando faltaban 59 segundos.
A continuación, Bove pasó a jugar de arquero pero el recurso no surtiría el efecto deseado. Por el contrario, a 11 segundos de la chicharra, Samaniego le aplicó el golpe de gracia a los dirigidos por Coronel, que a pesar de la amargura, felicitaron a sus rivales, reconociendo que habían ganado con armas muy limpias y mucha humildad.
SALDOS Y RETAZOS
Muy bien empilchado, Lucho González llegó cuando el partido había concluido. "Vengo a ver a unos amigos de Argentinos porque vamos a salir esta noche", declaró el jugador de Boca, sin especificar con quiénes se iría a recorrer la noche.
Mauricio Catelani le adelantó a La Voz del Futsal una noticia importante: "A pesar del receso de la A por el viaje al Mundial, los equipos que se pongan de acuerdo, podrían jugar sin tener que esperar a que la Selección vuelva de Tailandia. El martes le vamos a dar tratamiento en la reunión de Comisión", manifestó el vicepresidente del futsal, quien estuvo en la cancha para ver a su hijo Gastón.
La dupla Del Puerto-Méndez intenta convencer a Adrián González de que participe del partido de primera. El veterano futbolista de Villa Argentina había actuado en tercera y su nombre estaba en la planilla del partido principal, pero finalmente desistió de cambiarse. No lograron convencerlo. "Uno de los réferis me tiene de hijo, me van a terminar expulsando y no quiero", argumentó González. Insólitamente, en el ST ¡lo echaron de la tribuna! El asistente Méndez le pidió a la policía que lo retiraran porque, según dijo, lo insultó estando en ese sector.
El médico del partido, Daniel Nieri, de amplia sonrisa, es el papá de Gonzalo, actual jugador de 17 de agosto. En el medio, los uniformados. Más atrás, el Chino Díaz, DT de la tercera del Bicho, quien se quejó de que La Voz del Futsal no le hace más notas. "Hace cuatro años que estoy prohibido para ese medio", le reclamó a nuestro cronista. Este le aclaró: "Nunca estuvo prohibido ni lo volverá a estar". ¡Cuac!
Estos dos pibes de 20 años la descosieron. Leandro Amaya y Sebastián Arnese, con un juego simple y efectivo, fueron fundamentales en la victoria de su equipo. Al concluir el encuentro, se llevaron las felicitaciones de sus compañeros y hasta de los rivales.
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