mayo 29, 2017

"LA SELECCIÓN CAMBIÓ LA MENTALIDAD Y EMPAREJÓ A LAS POTENCIAS"


SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE DE LA ENTREVISTA AL TÉCNICO DE SAN LORENZO. 

-¿Seguís como docente de la Escuela de Técnicos?
-Sí, la Escuela está muy bien. Siempre tratamos de estar en crecimiento. Este año sumamos al plantel docente a Emiliano Scocchera -técnico de Jorge Newbery- y la idea es incorporar más técnicos a las materias específicas. En cuanto a los contenidos, los chicos de segundo año están aprendiendo un programa para tomar las estadísticas de los partidos. En el segundo cuatrimestre, por un convenio que hizo la Escuela con una empresa de software, van a ver videoanálisis sin tener que pagar una cuota extra. Además se hizo un acuerdo con Insat para que los alumnos accedan a otra base de estadísticas. Siempre tratamos de actualizarnos, de dar la mejor enseñanza para que salgan técnicos con sus propias ideas y que nosotros seamos los disparadores de esas ideas.
-¿Hablás seguido con el Chequi Gazzo?
-Hablamos, sí, aunque no tan seguido. Lo úlitmo que me dijo es que está muy conforme con Pinocho. Pero más que de futsal, charlamos sobre cosas de la vida.
-¿Estás siguiendo el torneo de la C?
(Risas) -Sí, a Pipi lo fui a ver varios partidos. Siempre que los horarios me lo permiten voy, lo mismo que mi viejo, mis primos, mi tío. Todos son muy futsaleros y vamos toda una banda a acompañar a Atlanta. Es un campeonato lindo, parejo, con mucho público.
-Pero el año pasado tu hermano había dejado de jugar. ¿Por qué cambió de opinión?
-Su mujer quedó embarazada y luego nació Giuliano, mi sobrino. Pero Fabián López lo llamó para volver y lo convenció. Es un técnico al que Pipi adora, al igual que a Oscar Trama. Las posibilidades de entrenar son más tranquilas en la C, y se dio cuenta de que Atlanta es un club serio y con buen ambiente. Además convenció a su esposa, porque de lo contarrio, no había chance. Yo creo que también tenía ganas de que el hijo lo viera jugar. Eso ayudó un montón.
-¿Qué opinión tenés de la Selección?
-Excelente. La mejor. Desde Diego Giustozzi, convenciendo a un plantel para lograr un objetivo tan alto como el título del mundo, los jugadores peleando los partidos como leones... La intensidad defensiva es lo que más me sorprendió. Ante todos los rivales, a los que no dejaban jugar. Por ejemplo, en Portugal estaba Ricardinho, que en la liga española hace las cosas que hace, y contra nosotros prácticamente no hizo nada. Eso es mérito de la defensa argentina. Este objetivo le dará alegrías a todo el desarrollo de nuestra actividad. Y en la Copa América lo mismo. Fue impresionante. Con diez mil personas en San Juan en cada partido. Es un equipo que entusiasma. Y si se perdió esta final con Brasil, fue por detalles del juego y porque ellos terminaron psicológicamente mejor.  Pero Argentina cambió la mentalidad y emparejó a las potencias. Me pone contento porque eso provoca que todos nuestro deporte crezca, junto con la Selección, los dirigentes y las instituciones, lo que posibilitará que haya más trabajo para todos.
-Vos tuviste a Giustozzi como jugador en la última etapa de su carrera, en River...
-Hablábamos mucho con Diego y ya se percibía el pensamiento de un técnico. En la Copa, la rompió. Metió goles de todos tipo e hizo jugar al equipo con su inteligencia. Él ya tenía el entrenador en la cabeza, ya que había ido a ver practicar a muchos técnicos en los últimos años de su carrera. Se lo veía convencido en su idea. Eso más adelante logró transmitírselo a su plantel.
-¿Creés que habrá aprendido cosas de vos?
-Y... no sabés. De todo se aprende en la vida. Él habrá tratado de aprovechar esos seis meses y seguramente, yo de él también. En lo personal, lo que busqué con su llegada a River, fue que los más jóvenes compartieran momentos con él. Que eso significara afianzar muchos aspectos que veníamos trabajando, y hacer el click en otros gracias a que él, era un técnico dentro de la cancha. Potenció mucho a chicos como Agustín Crocco -por poner un ejemplo- que fueron parte de ese proceso.
-¿Por qué te rapaste?
-Ya no daba para más, muchas más cosas para hacer no había (risas). Y la barba larga, es porque en algún lado hay que contrastar.

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