Una de las grandes novedades del mercado de pases ha sido la contratación de Damián Manso por parte de Chacarita. No tuvo repercusión por tratarse de un jugador vinculado a la actividad, sino por su pasado en cancha de once, y su estreno en esta disciplina.
Manso fichó habiendo colgado los botines los botines tras su extensa trayectoria por el fútbol de campo (J. J. Urquiza, fue su último club) en la cual fue precisamente el Funebrero uno de sus equipos. Allí actuó entre 2014 y 2017, dejándole una muy buena impresión a sus hinchas.
A punto de cumplir 40 años (lo hará el 6 de junio) el Piojo decidió vincularse al futsal. Realizó la pretemporada con el plantel dirigido por Javier Froiz y es muy probable que debute este domingo, al igual que otro ex funebrero de cancha de once, Oscar Altamirano, de 35 años.
Sin embargo, a último momento la gente del futsal funebrero tuvo un inconveniente inesperado: cuando estaban por culminar el fichaje, en la AFA los pusieron al tanto de que Manso no podría jugar, a no ser que cumplieran con un trámite especial. ¿Cuál era? Inscribir al jugador desde cero. "Le tuve que ir a pedir el DNI a Manso. Cuando le dije que necesitaba su documento para ficharlo se reía", le contó a La Voz del Futsal el directivo Christian Ciuta, quien, más sonriente y luego de haber anotado al Piojo "sobre la hora", posó para la foto con su documento. Claro, Manso nunca había jugado futsal y tuvieron que ponerlo en la lista de remisión, al igual que, por ejemplo, un chico de 11 años que comienza en la octava división.
A continuación, ya más tranquilo, destacó a Manso por su humildad, más allá de lo futbolístico: "Me pareció un tipo bárbaro, que vino sin exigencias en lo económico". Para el debut de Chaca ante Caballito, se espera una buena concurrencia, que llegará atraída, en parte, por esta novedosa incorporación.
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