mayo 26, 2011

“Sé que podría haber llegado a más, si me tomaba el futsal con mayor seriedad”


Hoy en Arsenal, Hernán Introcaso (izquierda) posa junto a Juan Pablo Cabral, ex compañero en aquel fabuloso equipo de Atlanta del complejo deportivo Fair Play.

Con 29 años, Hernán Introcaso es el jugador más experimentado de un Arsenal que quiere meterse en la conversación por el ascenso en la Zona A. Debido a su dilatada trayectoria, el Pelado no sólo abordó este buen presente en el Viaducto, sino que opinó sobre las cuestiones más salientes de su carrera. «Al equipo lo veo bien, seguramente vamos a pelear por el ascenso hasta el final», señaló con respecto a la actualidad. Enseguida,
comentó los motivos de su llegada al club del Viaducto: «El año pasado mi pase pertenecía a 17 de Agosto y estuve en Lamadrid, a préstamo. Esta temporada no iba a jugar porque me dijeron que había problemas con el pase, hasta que me enteré que quedé libre y Charly (Fernández) me invitó a sumarme. Si no hubiera sido por él no venía, creo que la gente de Arsenal ni me conocía... Pero me interesó porque venían otros amigos también y se armó un lindo grupo.
Además me gustó el hecho de jugar en la B. Ya no estoy para primera...»
Con total sinceridad Introcaso realizó este último comentario, lo que nos dio pie para seguir indagando en el tema: «No tengo problema en reconocer mis limitaciones. No sólo por los años, sino por la vida que uno lleva: trabajando todo el día arriba de una moto (N. de la R: s empleado en una mensajería), con tres hijos, llego cansado y no me daría el cuero para seguir el ritmo de la A. La diferencia no es tanta, pero acá es menos táctico y tal vez con menos exigencias en cuanto a la marca. Eso sí: arreglamos por un premio y un viático, de lo contrario, se me hace imposible ir hasta allá...»
De su anterior equipo, Lamadrid, Introcaso se marchó algunos meses antes de finalizar el año. «Lo echaron a Aldo (Campos) y como a mí me había llevado él y además me bancaba, decidí no ir más». Fue el anteúltimo peldaño de una campaña que justamente, empezó en Atlanta, su rival en el partido que acababa de concluir: «Empecé ahí siendo muy chiquito. Después pasé por las
inferiores de River, donde conocí a Charly Fernández. Volví a Atlanta y debuté en primera con 16 años. Fui compañero de Magarelli, Petillo, Cabral, Ferraris, Guagliardi, Noriega... Cada jugador había... Eso fue muy importante para mí, ya que gracias a mi rendimiento tuve la posibilidad de viajar con una selección juvenil a Alemania».
En aquel punto de su carrera, el Pelado estaba para grandes cosas. Sin embargo, sufrió un estancamiento y aunque después 17 de Agosto lo rescató (en 2003 fue un baluarte en el ascenso a Primera de los de Pueyrredón) no volvió a ser el mismo. «En Atlanta tuve mi mejor momento -admite-. Ahí hacía la diferencia sobre todo físicamente. Pero cuando el club le expropiaron el
complejo Fair Play, que quedaba a una cuadra de mi casa, estuve un tiempito en Huracán y después me quedé dos años sin jugar. Y si bien volví a Agosto más adelante, nunca pude ser el de antes. Si me hubiera tomado las cosas más en serio y no hubiera dejado de jugar en el 2001, habría llegado más lejos. Por lo menos, hubiese tenido la chance de seguir en la Selección, algo que después de ese viaje a Alemania nunca más se dio».
Pese a su identificación con los Bohemios, Introcaso no tiene reparos en confesar su fanatismo por su archirrival: «Sí, soy de Chaca. Igual, eso se dio más de grande. Por una cuestión de amistades y que empecé a tocar el bombo en la murga del barrio. Eso me llevó a tocar también en la hinchada de Chacarita».

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