La banda argentino-ecuatoriana del Emelec con la casaca del CEF de Villa Celina: Marcos Mondaini, Pedro Quiñones, Gabriel Achilier, el Ruso Dobler, Fernando Gaibor, Lucho Figueroa y Danny Insaurralde, el protagonista de esta nota.
Una historia por demás llamativa es la que protagoniza Daniel Insaurralde, quien hasta noviembre del año pasado, era ayudante de Leonardo Barrios en Barracas Central. Hoy, sigue siendo ayudante de campo, aunque en la primera de Emelec, en cancha de once. La institución ecuatoriana, está jugando la Copa Libertadores, compartiendo grupo con Lanús, Flamengo y Olimpia de Paraguay. Por supuesto, el panorama es absolutamente diferente para Insaurralde, que prácticamente de la noche a la mañana se encontró armando las valijas para volar hacia un país que desconocía por completo.
-¿Cómo te transformaste, de pronto, en integrante del cuerpo técnico del Emelec?
-Los dirigentes contrataron a Marcelo Fleitas como entrenador y él me llevó junto con el profe David Sánchez y a Omar Dobler, que trabaja con los arqueros. Somos todos argentinos. La verdad que estoy muy contento, haciendo lo que me gusta, ya que me preparé y soñé con esto.
La historia de Insaurralde es atípica no sólo por su repentino cambio de aire. Además, tiene aristas singulares porque siendo dueño de una extensa trayectoria en cancha de once, su relación con el futsal arrancó a los 40 años. Esa era la edad que tenía cuando fichó como jugador de Sportivo Barracas, llegando a actuar casi un año completo en primera división. Luego, se retiró y pasó a secundar a Leo Barrios en la dirección técnica, mientras paralelamente -como dirigente y DT- conducía los destinos del CEF de Villa Celina, club que participó en Veteranos, en Promocionales y en la liga LAFA.
Pero hay más. Es digna de destacar la trayectoria de Insaurralde, que actuó en cuantiosos equipos del ascenso (Atlanta, Paraguayo, Liniers, Colegiales y Alem). Aunque más increíble todavía, es la historia familiar, ya que integra un clan de gran tradición futbolera:
-Somos cinco hermanos los que jugamos al fútbol. Yo soy el más grande, después viene Alejandro, el Papu, que sigue actuando en Vietnam con 39 años. El tercero, Rafael, anduvo por varios clubes del ascenso y hoy está en la segunda división de Australia. El cuarto es Sergio, que pasó por Atlanta y el fútbol de Asia. Y por último, el más chico, Lucas, tiene 16 años y está en el CEF. Por ahora sólo juega al futsal. De los cinco hermanos, los cuatro más grandes llegamos a ser profesionales. Ah, también tengo una hermana, Romy, le mando saludos porque como nunca la nombro siempre se enoja jaja...
-¿Qué pensaste cuando apareció la propuesta de Ecuador?
-Fue muy sorpresivo, no podía creerlo. Pero no dudé en aceptarla. No sólo por la plata, que es menos de lo que vos pensás, aunque también menos de lo que yo siempre soñé.
-¿Entonces?
-Lo que me impulsó a aceptar la oferta es la parte profesional. Por lo que es Emelec en Ecuador y porque un amigo como Marcelo Fleita confió en mi trabajo.
-En el CEF hacías de todo. ¿Te costó irte?
-Sí, cuesta dejar algo que uno logró con mucho sacrificio. Pero delegué muchas cosas en personas que me acompañaban para continuar con esto, y viajé tranquilo.
-Habiendo hecho toda tu carrera en cancha de once, ¿cómo se produjo tu llegada al futsal?
-Un día mandaron una invitación de la Liga Metropolitana al CEF y la gente del club me convocó, ya que soy técnico de campo desde el 2000. Realizaba la parte técnica y a la vez jugaba. Después hice el curso de DT en la Escuela de ATFA, donde conocí a Leo Barrios, que me llevó a jugar a Barracas con otros amigos del CEF. Así arranqué. Yo ya tenía casi 40 años.
-¿Cómo empezó el año para el Emelec?
-De la mejor manera, gracias a Dios. Jugamos de visitantes contra Olmedo y ganamos 2-0. Al Macara, de local, 3-2. Y contra Mantas, de visitantes, salimos 0-0. En la Libertadores vencimos a Olimpia 1-0 en casa. Ahora viene Flamengo en Brasil y Lanús en Argentina, el 13 de marzo. Espero que alienten a Emelec.
-¿Tenés algo más que agregar Daniel?
-Sí, agradecer a mi señora y mis hijos, porque son los que siempre me aguantan en todos los proyectos, y a todos los que me ayudaron a crecer como persona. A mis viejos, que me ayudaron cuando no tenía trabajo. A mis amigos, a mis jugadores del CEF, a los de Barracas campeón y a toda la familia del futsal.
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