agosto 18, 2008

ALL BOYS Y HEBRAICA SE REPARTIERON LOS PUNTOS Y LA CAUTELA


Arriba: Trzewik la domina ante Banegas, mientras un compañero de prepara para picar. Abajo: en un borbollón en el área de All Boys, la pelota no se deja ver. Finalmente el local y Hebraica no pudieron romper la igualdad en dos goles.

All Boys y Hebraica tomaron precauciones a full. Ninguno quiso regalar nada y el hecho de no sufrir goles en contra pareció importarles más que ninguna otra otra cosa. En definitiva, consiguieron el objetivo que se habían propuesto: no perdieron. Pero la verdad es que el punto que obtuvieron tampoco les sirve demasiado, ya que ambos deben sumar y mucho, si pretenden meterse en la discusión por el liderazgo del Grupo 1 de Segunda.
En el primer tiempo pasó muy poco. Escasas situaciones de peligro, ritmo lento y actitud conservadora de parte de los dos, pintaron un panorama que resultó una enorme invitación al bostezo. Hasta la cantidad de infracciones fue insólita: sólo una, cometida por All Boys. El cero recién se quebró a los 15 minutos, cuando Gusis definió con precisión en un mano a mano ante Sanzi. Segundos después, Avendaño logró la igualdad, con otra buena definición en el área rival. Y como si nuevamente los dos hubiesen quedado conformes, los últimos minutos fueron un calco de lo que había pasado antes: rotación, pases cortos... y más bostezos.
En el complemento el partido mejoró. El mayor peso de su plantel condujo a All Boys a ser más agresivo. O, al menos, a intentarlo. Porque si bien los dirigidos por Peratta se adueñaron de la iniciativa, los de Clacheo se hicieron fuertes en la contra y la cantidad de situaciones frente a los arcos fue equilibrada. Y como en el primer tiempo, el que volvió a pegar primero fue el visitante, que a los 4’ se puso 2-1 gracias a la eficacia de Pastor. Los albos no se desesperaron y siguieron buscando por abajo, apoyados en el buen pie de sus jugadores de mayor renombre, como Cuba, Banegas, Stefanato o Mauricio Martínez, siendo éste último, precisamente, el encargado de sellar el 2-2 definitivo a los 9’.
Sin bien en lo que quedaba del partido no hubo goles, el desarrollo adquirió toda la emoción que en el primer tiempo brilló por su ausencia. Así, varias ocasiones de riesgo (en una proporción parejoa y un suspenso que fue creciendo a medida que el tiempo transcurría, mantuvieron atentos a los espectadores hasta el último segundo. Pero ninguno de los dos tuvo la precisión necesaria en los metros finales y por eso nadie pudo llevarse el triunfo. Y es justo que haya sido así; los tres puntos, quizás hubieran sido demasiado premio para cualquiera.

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