Sabida es la vinculación del Checho con el club Parque. Pero, ¿cómo y cuándo se dio su participación oficial en el futsal de AFA? Lo primero que habría que acotar, es que el ex 5 de la Selección jugó para Argentinos Júniors algunos partidos en 1986, el primer año del futsal organizado por esta Asociación. Mientras se desempañaba en Argentinos en fútbol de campo (y era considerado un auténtico crack para la gran mayoría del pueblo futbolero) se calzó también la de los Bichitos, aunque en esa época, era todo Parque el que -al no estar permitido el ingreso de los no afiliados- era representado por los de La Paternal.
Mucho más acá en el tiempo, en 1999, el Checho se pondría la camiseta tricolor. Su carrera como futbolista profesional estaba finalizando. All Boys fue su último equipo y en ese club, precisamente, comenzó su campaña como entrenador. Simultáneamente, mientras digería su retiro de las canchas, tuvo ganas de jugar una vez más, para su club más querido. Parque estaba haciendo una gran campaña en Segunda División y Batista llegó para jugar en el segundo semestre. El equipo tenía una dupla técnica explosiva: su hermano Fernando (el Bocha) y el Cuchu Cambiasso. El Tricolor y Racing (con Leo Giménez, los hermanos Lamas, etc) luchaban palmo a palmo por el título. A su vez, Parque ya contaba con valores de la jerarquía de los hermanos Trapasso, Maddoni, Mehmed, Lara, Romano, Mustapich y el arquero Nicolás Cambiasso.
Finalmente, la Academia y Parque, terminarían ascendiendo a Primera. Aunque la historia del Checho en el futsal no culminó de la mejor manera, pues pocos partidos antes del epílogo del torneo, fue expulsado y suspendido por... ¡un año!
Todo sucedió en un partido contra Hebraica, en la pequeña cancha que el club de la colectividad tenía en su sede de Once, y donde se desarrollaban encuentros insólitos, tediendo en cuenta las escasas dimensiones y la cantidad de goles que allí se producían. Ya en la primera rueda, hubo problemas, teniendo que ser el juego suspendido. Por eso, para la revancha se vivía un clima especial, tanto que ese sábado en Hebraica, había un inusual número de espectadores, de uno y otro bando.
El Tricolor llegaba afilado y con envión ganador, pero el local -dirigido por el Bicho Freire- le amargaría la noche, en un cotejo, nuevamente, muy accidentado. Y entre las incidencias de aquella jornada estuvo la expulsión del Checho. ¿Qué hizo? En un pasaje de un partido súper-caliente donde el árbitro Marcelo Martínez era blanco de enérgicas protestas de un lado y de otro, a Batista le mostraron la tarjeta roja. Acto seguido, totalmente fuera de control tomó del cuelo al hombre de negro. La cosa no pasó a mayores. Pero el Tribunal aplicó la dureza un par de semanas más tarde, dándole un año de suspensión (sólo para el futsal; no para campo) al barbado futbolista. Por supuesto, allí se acabó su carrera como jugador de Parque. Unos meses después, celebró el ascenso de su institución a Primera, aunque, claro está, únicamente desde su condición de hincha.
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