Pocas veces se dio que un futbolista haya alternado varias veces entre un club y otro. Eso fue, efectivamente, lo que sucedió con Walter Soto, que jugó en Boca y Huracán en reiteradas oportunidades. Nacido "futsalísticamente" en el club de La Ribera, siendo categoría 83 se lo avisoraba como un proyecto con interesante proyección, cosa que se encargó de demostrar en la tercera que dirigía el Rafa Romea a comienzos de la década pasada. Sin embargo, apenas llegó a participar de la primera, cuando debido que el plantel de Fernando Larrañaga estaba superpoblado, emigró a Parque Patricios.
Alto y flaco, en el Globito ratificó sus buenas aptitudes, con mucho más espacio para mostrarse. Un par de buenas temporadas hilvanó en base a sus mejores cualidades: aceptable manejo técnico y sobre todo, una garra importante.
En Boca volvió a tener su oportunidad, regresando al club en la época en que ya Christian Meloni había asumido la dirección técnica. Quizás se pensaba que el panorama podría ser diferente al de sus inicios. Y un poco así fue, dado que tuvo chances de jugar en aquel 2007. No obstante, sólo una temporada duró su regreso y nuevamente volvió a hacer las valijas. ¿Dónde recaló? Sí, en Huracán. Aunque su campaña quemera en esta ocasión, resultó más corta que la anterior. Y luego de un período de inactividad, retornó una vez más. El hecho ocurrió en 2011, cuando reforzó las filas del recientemente ascendido Cultural, que era dirigido por su ex compañero boquense Sebastián Pacheco.
Soto venía a aportar su experiencia en un plantel de escaso rodaje en la A. Pero las cosas no resultaron según lo esperado: Pacheco se desvinculó prontamente y el Flaco no tardó demasiado tiempo en dejar el elenco de Sarandí. Claro que en esta oportunidad, ya no volvería a vestir una casaca de Futsal AFA. A pesar de que recién tenía 28 años, y seguramente, bastante hilo en el carretel, su trayectoria, allí mismo se terminó.
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