MAURO RIENTE: "EN KIMBERLEY ME RECIBIERON MUY BIEN"

Mauro Riente está abocado de lleno al fútbol y al futsal. Así, reparte su semana laboral como profe de las infantiles de San Lorenzo en campo, como entrenador del baby y del femenino en Kimberley, y como jugador de El Talar. Sin olvidarnos de que además su proyecto personal -la Escuelita de Futsal-es una parte muy importante en esta etapa de su vida. "Acá estamos, arrancando el año, tratando de que encajen todas las piezas del rompecabezas, pero estoy agradecido por poder hacer lo que me gusta", cuenta el ex hombre de Pinocho, que se hace unos minutos entre trabajo y trabajo (en este caso, luego del baby y previamente al comienzo de la práctica en el femenino de Kimberley) para atender a La Voz del Futsal. De la charla, pudimos extraer las siguientes opiniones:
"Es un año nuevo, con algunos cambios. Volví a trabajar en Kimberley y me recibieron muy bien. En el baby ya había estado, así que conozco a muchos chicos y a mis compañeros. Me encuentro muy cómodo y con muchas ganas. Estamos los lunes y miércoles con la tira A (Polilla Albertini y yo en las siete categorías) y la tira C (Pablo Marcone y Nico Hurtado) de FEFI. También vino Dibu Diéguez, a dar una mano".

"Además estoy comenzando como DT de futsal. Es una experiencia nueva, en el femenino. Tomé la decisión porque me interesaba la propuesta laboral y sé que puede ser una herramienta de trabajo a futuro. Es una linda oportunidad. El presidente me lo propuso en diciembre. Lo vi primero como una posibilidad lejana. A mediados de enero me decidí, porque al vivir de esto, necesitaba tener una seguridad para encarar el año. El tema me cerró por todos lados".

"No quería dejar de jugar y por eso también me gustó la propuesta de El Talar. Vamos a tratar de que sea la menor cantidad de fines de semana posible, pero en caso de que se superpongan los partidos, la prioridad la tiene Kimberley. En El Talar ya lo plantée y me entendieron. Si bien tengo muchas ganas de jugar y estoy muy metido, me debo a lo laboral. Entrenar, entreno dos veces por semana en lugar de tres, como mis compañeros. Estoy conociendo al grupo y tratando de ir a los amistosos. A la mañana también me muevo por mi cuenta, como para no regalar tanto".

"En Pinocho se entrena cuatro veces por semana, y el femenino de Kimberley, ya son dos o tres veces. Desde ese lado iba a ser difícil seguir. Igual quedó todo diez puntos, sé que siempre tendré las puertas abiertas. No sé si como jugador, pero si el día de mañana uno quisiera volver a trabajar ahí, calculo que no habrá problemas. Las cosas quedaron de la mejor manera".

"Para mí, el año pasado fue difícil en lo futbolístico. La verdad que me costó. Un poco, la decisión pasó por ahí. La realidad es que trabajo sábados y domingos, todo el día. Y en la semana también, llegaba con lo justo a entrenar. Eso me llevó a estar muy cansado, a lesionarme. Estuve dos meses parado por lesiones musculares y falté un par de partidos por los viajes con San Lorenzo. Sabemos lo que es Pinocho, que siempre está entre los mejores equipos. Yo sentí que este año me iba a costar de nuevo y preferí bajar un cambio, tener un nivel de exigencia un poco menor".

"De todas formas me di el gusto de volver y jugar con mis amigos, de salir campeón en el club donde jugué casi toda mi carrera, así que estoy contento por cómo me fue en 2015. Me hubiera gustado además ser campeón anual. No se dio pero conseguimos un título en un momento complicado, donde nos daban por muerto o decían que Pinocho ya estaba vencido. Les demostramos a todos, incluso a nosotros mismos, que no era así".

"En el femenino nos estamos acomodando, conociendo a las chicas. Hubo una renovación del plantel. La idea de juego la estamos tratando de planificar, de ir marcando cosas, en lo defensivo y ofensivo. A mí me gusta ser protagonista del campeonato y en cada partido. De los técnicos que me dirigieron, Ruscica es al que más tuve: prácticamente desde que terminé el baby. Aparte trabajo con Facundo en San Lorenzo. Aprendí mucho de él, su manera de pensar la comparto bastante. Obviamente, yo voy a tener mis propias ideas. Pero de todos los entrenadores algo se puede sacar".
  
"La Escuelita anda bien. En marzo todavía no hay tantos chicos pero en abril suelen llegar de golpe. Es un proyecto personal, siempre quise tener una escuelita de fútbol. Primero estuve con Alan (Calo), luego me dio una mano Luquitas Martínez y este año arranqué solo. Hasta ahora, estos tres años, han sido con gran éxito. Seguimos dándole para adelante y mirando a futuro. Pienso que al ser más personalizado que en los clubes, el alumno puede sacarle más provecho al estímulo del entrenamiento. Se labura mucho técnica individual y situaciones de juego, el jugador puede experimentar varias alternativas que se le presentan durante el partido".