Cinco años atrás, el Caly Ramírez decidía retirarse del futsal. Hoy, a punto de cumplir 39, tomó la decisión de regresar con la casaca del mismo club en el cual se retiró: Los Muchachos. Dueño de una calidad indiscutible, su paso por aquella Segunda División, dejó una huella. Su desafío, en este 2016, es estar a la altura de las circunstancias en una Tercera División desconocida para él, que además, atravesó momentos difíciles en la faz personal.
-¿Por qué volvés?
-En
junio del año pasado trabajaba viajando mucho a
las provincias y en uno de los viajes tuve un accidente grave; volqué
con el camión y pude haber perdido la vida. Desde ese momento mi
cabeza hizo un click y empecé a disfrutar de todo lo que me hace feliz:
familia, deporte, amistades... Cuando me enteré que Ale Rocha volvía
al club pasé a saludarlo en el partido contra Boca, por Copa Argentina.
Ver gente
buena en un club donde siempre estuve cómodo me llevó a que este año
pruebe
con arrancar, y ver si iba a soportar nuevamente la exigencia, ya que
mi cuerpo no es el mismo de cuando dejé en el 2011.
-¿Y cómo te ves en estos primeros entrenamientos?
-Físicamente estoy mejorando semana tras semana, bajando los kilos que sumé en tanta inactividad, pero tengo más ganas que un pibe de 20. Así que con el correr de esta última etapa lo voy a lograr. Futbolísticamente todavía algo me acuerdo jaja... pero estoy tratando de adaptarme rápido al futsal de ahora, que es distinto al que terminé jugando.
-¿Imaginabas que volverías alguna vez?
-Físicamente estoy mejorando semana tras semana, bajando los kilos que sumé en tanta inactividad, pero tengo más ganas que un pibe de 20. Así que con el correr de esta última etapa lo voy a lograr. Futbolísticamente todavía algo me acuerdo jaja... pero estoy tratando de adaptarme rápido al futsal de ahora, que es distinto al que terminé jugando.
-¿Imaginabas que volverías alguna vez?
-Sinceramente, había perdido las ganas de entrenar y por eso dejé. Para mí era una etapa cerrada pero uno no sabe lo que
le prepara el futuro... y acá estoy más viejo, más lento, pero también con
muchas más ganas de lograr algo con Los Muchachos.
-¿Qué balance hacés de lo que fue tu carrera hasta el momento?
-La
verdad que mientras estuve en Los Muchachos siempre quedamos a nada de
jugar las finales por un ascenso y considerando la humildad del club, creo que
es un gran logro. Pero hoy hay otra realidad a la cual trataré de
aportar lo que el DT considere que le pueda dar para volver a pelear.
-¿A qué te dedicás aparte del futsal?
-Después del accidente me quedé sin trabajo. Hoy tengo un local humilde
de ropa de chicos en mi barrio.Además trabajo de remis para poder
salir adelante con mi familia.
-¿Para qué puede estar Los Muchachos este año?
-El club está armando nuevamente la base
del edificio para empezar a levantar paredes. Lo bueno es que contamos
con chicos con buen pie, otros un poco más grandes con muchos partidos
en primera y dos o tres ya viejitos que trataremos de que los chicos
tomen confianza desde nuestro apoyo para guiar al grupo. Así que le vamos a dar
pelea a cualquiera que se ponga enfrente, y quién te dice poder lograr algo
importante.
-¿Vas a estar pendiente de la campaña de Juventud de Tapiales, que estará en la misma categoría?
-No
sé
si de la campaña, lo que sí voy a seguir pendiente de ex
compañeros con que tuve el gusto de compartir cancha. Por ejemplo el
Chino Fernández, Juan Ramón y Caviedes en Alvear, Leo Suárez, Perchi
Borrega y Duri en Juvencia, y así con cada uno en sus clubes, más los
que todavía
están en Cultu.
-¿Qué pasaría si llegan a cruzarse?
-Jaja...
te digo lo mismo que la última vez que
enfrenté a un ex club: siempre dejo todo en cada partido, hoy mi casa es
Los Muchachos y le quiero ganar al que se ponga enfrente. Espero no
recibir tantas putiadas jaja. Pero todo lo que hago es por pasión
al futsal y trato de dejar bien claro que la camiseta que tengo la voy a
defender ante cualquier cosa. Así también soy en la vida, por eso quiero
saludar y agradecer a todos los que me ayudaron en esta nueva locura de
volver al futsal. Especialmente a mi señora e hijos, que son realmente
de
fierro y por eso los amo tanto.
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