junio 21, 2016

"ESTO NO LO ESPERABA, PERO ME TOCÓ Y LO DISFRUTO"

Alamiro Vaporaki

Mucho se ha escrito sobre Alamiro Vaporaki a lo largo de su exitosa carrera en futsal. Numerosas son también, las entrevistas que dio en 14 años de campaña. Sin embargo, en ningún reportaje se dieron a conocer opiniones íntimas que van más allá de la coyuntura futsalera y que, el jugador de Boca y la Selección, revela en esta nota:
“En lo personal estoy muy bien, entrenando, jugando... pero más que nada disfrutando. Tuve la suerte de vivir cosas muy lindas en el deporte y hoy, de estar en un club donde siempre se pelea todo, igual que en la Selección”.
“No sé si estaré en el Mundial. Tengo la alegría de poder integrar el grupo y trataré de dar lo mejor como para estar ahí. Después se verá los que viajan. Yo estoy tranquilo. Estoy más grande y veo las cosas de otra manera. Siento también que este camino va llegando a su fin. Por eso hablo de disfrutar cada momento”.
“No me imaginé estar en esta situación en el arranque de mi carrera. Esto no lo veía como algo a lo que me podría dedicar tanto. Empecé como para hacer algo y todo me fue llevando hasta acá. Siempre me gustó crecer, ir un poco más allá. El entorno también me ayudó. No lo esperaba, no lo soñaba ni nada. Pero me tocó y lo disfruto”.
“Cuando vine de Ushuaia, fue para jugar en cancha de once. Hice inferiores en Huracán, en All Boys y al llegar a Estudiantes de Caseros, jugué tres años en primera. Pienso que dejé porque nunca me puede afianzar ni en el club ni en una posición. Tuve partidos buenos, regulares y malos. Y en el momento de apostar, preferí largar. Es un ambiente que por ahí me superó, yo no estaba preparado. Cuando tendría que haber apretado los dientes y seguir, dejé. Capaz que porque no la estaba pasando bien. Pero bueno, no pasa nada. No llegué a estar mal anímicamente por ese tema”.
“En ese tiempo empecé a estudiar, buscando algún futuro, una formación personal. Me anoté en Educación Física y arranqué con el futsal. En Ushuaia siempre jugué y me pasionaba. Pero en Buenos Aires no conocía nada.  Maranga (Cristian Peratta, hoy dirigiendo en Mar del Plata) es el que me metió. Primero me llevó a Yupanqui, donde jugaba de modo intermitente ya que paralelamente, continuaba en cancha de once. Y cuando dejé cancha grande lo seguí a América del Sud. El me mostró el camino. Tenemos una gran relación. Me ayudó mucho Maranga”.
“Recuerdo que el Bicho Freire dirigía a APV quiso llevarmé ahí, donde también estaba Walter, mi hermano mayor. Pero preferí quedarme con Maranga. En América en 2006 ya todo era más formal que lo de Yupanqui”.
“Al año siguiente firmé en Argentinos y me hice más conocido. Beto (Coronel) me enseñó un montón, y tuve grandes compañeros como Lucho González, Javi Vatter, Nica, el Goma Ranieri. El Ruso Maina venía a entrenar en sus vacaciones... Era un hermoso grupo y ese año (2007) yo me di cuenta, que podía aspirar a más”.
“Cuando volví a América estaba todo muy cambiado, más organizado. Mariano Gómez también me enseñó mucho. En 2009 el Chequi Gazzo me llevó a Pinocho, donde di el gran salto en el que era el mejor equipo del país. Otra vez volví a América. Había un muy buen proyecto, pero las cosas no se dieron y me fui a España, pero no pude jugar por un tema de papeles. Entonces pasé a Boca. Lamentablemente llegamos dos veces a la final de la Libertadores y no logramos ganarla. Se nos escapó por detalles pero creo que hicimos historia”.
“No sé si voy a retirarme en Boca. No pienso en eso todavía. Por ahora estoy contento y tengo ganas de jugar. También me apasiona ser entrenador. Dirigí la sexta de All Boys y antes de irme a España, colaboré en las inferiores de Boca. Ahora estoy haciendo el curso, quiero capacitarme y seguir aprendiendo, ya que no me gusta hacer las cosas mal o a medias. De todos modos aún me siento jugador”.  
“En esta actividad, plata nunca hice. Al margen del futsal, sigo trabajando en los colegios como profesor de Educación Física. Ojalá todos -jugadores y técnicos- pudiéramos vivir sólo de esto, teniendo una liga más organizada, donde viajemos y juguemos más de un partido por semana, porque uno solo es muy poco. Ojalá algún día el futsal sea profesional”.

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