junio 12, 2016

TE ACORDÁS, HERMANO...



En noviembre de 2009, cuando se hizo la entrevista, ya había conseguido numerosos títulos. Casi siete años más tarde continúa en Independiente trabajando en Independiente, siendo un símbolo del futsal del Rojo.


Jorge «Iure» Nikolic, entrenador de las inferiores de Independiente, no se anda con chiquitas...
«El técnico más ganador del futsal soy yo»

«El técnico más más ganador del futsal soy yo», afirma Jorge Nikolic, basándose en una realidad que indica que Independiente, el equipo cuyas inferiores dirige desde hace varios años, logró numerosos campeonatos en distintas categorías a partir de 2003. Detrás de esa afirmación, arrogante tal vez, existe un personaje que casi todo el ambiente del futsal conoce de vista. Para descubri su pnsamiento en forma más profunda, es necesario leer el siguiente reportaje: «Para mí es un orgullo haber ganado tantos campeonatos. Son logros lindos. Todos los años metemos dos o tres categorías y así el club se va llenando de copitas»
-¿A qué lo atribuís?
-A que estamos en una zona en la cual se pueden absorber jugadores de muchas partes. Y después, hay que poner lo mejor en la cancha. Mucho misterio no hay.
-¿Cuál sería tu mérito?
-Enseñar lo básico. No están en edad para complicarse con táctica. Con jugadas sencillas basta para ganar.
-¿Trabajás en la semana?
-Tratamos de que venir a divertirnos. Entrenamos sólo dos veces. También, porque conseguir espacio en el club es difícil. Hay una sola cancha y demasiados nenes. Por eso también es meritorio lo que conseguimos.
-¿En serio no te interesa la táctica?
-Para la edad de mis jugadores, no (dirige de octava a quinta). Hay técnicos que les meten demasiadas cosas en la cabeza y los chicos terminan robotizados. Yo soy de la idea que sabiendo ubicar cinco buenos jugadores en la cancha, es suficiente. Claro, hay que tenerlos, ¿no?
-En el Clausura no tenés categorías punteras.
-Es que ahora todos se matan contra nosotros, porque saben que somos un equipo ganador.
-¿Te gustaría dirigir una primera?
-No sé... Lo que me da alegría son los nenes. Después, a partir de la cuarta llegan a una edad en la que están intratables. Entonces prefieron irme a mi casa.
-¿El curso de técnico lo harías?
-Lo veo complicado. Ya me costó horrores hacer el de profe de educación física. Todos los días me iba de Avellaneda al Cenard en colectivo y tren.
-¿Al jugador también lo enterraste definitivamente?
-Sí, ya está. Tengo 36 años y una hija. Hay que saber retirarse a tiempo. Ir de noche a entrenar es para cuando uno es más pibe. Yo además tengo mi laburo: soy profesor de educación física y trabajo en colegios.
-Tu campaña como jugador es llamativa. Jugaste en todos los clubes de Avellaneda.
-Sí, en Racing, Independiente, Modelo y Arsenal. Hace un par de años también estuve a punto de ir a Libertad, para jugar y dirigir la primera al mismo tiempo. Pero con el nacimiento de mi hija suspendí todo.
-Habiendo jugado ahí, ¿sentís cariño por Racing?
-No, para nada. Soy fanático del Rojo. Si fui a Racing es por una circunstancia de la vida. Más adelante surgió la posibilidad de armar Independiente, de la mano de Luis Blasco, y no lo dudé.
-¿Qué imagen creés que tenés entre tus colegas?
-Me siento respetado. No tuve problemas con nadie. Con o los de América, incluso entablamos una amistad.
-Decís que los chicos te dan alegría, pero a menudo se te ve muy enojado durante los partidos.
-Eso es por los réferis, que no saben el reglamento. Si bien no es culpa de los árbitros, sino de quienes los mandan, te la terminás agarrando con ellos.
-¿No tendrías que bajar un cambio?
-Puede ser, pero es mi personalidad. Eso también va de la mano de mis logros: quiero ganar todo. Y eso se nota en el estilo de juego. Por mi ansiedad, salimos siempre a atacar, quiero que vayan,que vayan y que vayan.
-¿Pero no hacés una autocrítica?
-Seguro, lo que pasa que una vez que empieza el partido se te cruzan los cables y te olvidás de todo.
-¿En Independiente hay problemas de conducta?
-No. Si vemos que un padre no tiene buena predisposición, ese chico directamente no queda.
-¿Tenés un récord en materia de expulsiones?
-Y... te dan cinco fechas de suspensión, después diez... Se van acumulando. Es así, qué vas a hacer (se ríe)... Mis expulsiones son justas, pero no puedo evitar ponerme mal cuando los árbitros, encima de no saber, son soberbios y no dejan que los técnicos los ayudemos.
-¿Llevás la cuenta de las veces que te echaron?
-No, pero recuerdo la más increíble. Me expulsaron en la séptima y en la misma jornada me volvieron a echar en la quinta, porque el juez no quería dejarme dar indicaciones desde la tribuna, me obligaba a que me sentara. Ya era algo personal. Eso sí me puso muy mal...
-Como jugador también eras bravo...
-Cuando Independiente estaba en la B era una época dura. Al mismo tiempo aparecía Pinocho, con esos pibes que ahora son figuras. Nos daban unos bailes... Y a mí me dolían los pies de tanto pegar. Eran imparables.
-¿Qué pasó con Coco Sily en Huracán?
-El año pasado jugamos allá y estaba en la tribuna. Discutí con el juez porque no cobró unos laterales y vino Coco a insultarme. Me le planté, pero quedó ahí. Me sorprendió que después hable en la tele y hasta en su libro del tema, exagerando todo. No fue para tanto. Pero claro, él hace un personaje, hay que entenderlo.

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