junio 18, 2016

TE ACORDÁS, HERMANO...








En noviembre de 2008, De Lellis, quien sigue dirigiendo a Country (hoy Lomas-Country) y De Battisti (jugador-símbolo de aquel Banfield) aceptaban dialogar con nosotros aunque no se hablaron entre sí: el duelo de la ciudad se vivía de manera encarnizada. Finalmente, ninguno logró al ascenso a Primera. Los que subieron, fueron Allende y Juvencia.

 
En la foto, Delelis (Country) y De Battisti (Banfield). El clima no es el mejor.
En Banfield se vive un momento especial tras el último clásico entre Country y el Taladro.

EL FUTSAL TIENE A LA CIUDAD CONMOCIONADA

La goleada por 8 a 1 que Country le propinó al Taladro dos semanas atrás, dejó secuelas en Banfield. El clásico de la ciudad cobró notoriedad tanto dentro como fuera de la cancha, donde el clima quedó enrarecido luego del enfrentamiento. Para hablar de ese tema (y por supuesto, también de lo futbolístico), decidimos reunir a dos referentes de ambos planteles: Facundo Delelis (técnico de Country) y Hernán De Battisti (capitán de Banfield). Si bien no dialogaron entre ellos y apenas se cruzaron un frío saludo, aceptaron posar juntos para la foto. Después, por separado, se entregaron a la charla con La Voz del Futsal.

LA CONFIANZA DE DELELIS
"Nosotros trabajamos con humildad. Más allá de que la ilusión está, no pensamos en el ascenso sino en el día a día. Somos un plantel largo, de doce o trece jugadores. Lástima que Hernán Ricotta, nuestro goleador, se nos va a Italia. Pero gracias al laburo y más allá de que después de golear a Banfield perdimos con Estrella de Boedo, hoy se ven algunos resultados que antes no se estaban dando".
"La alegría por el triunfo contra Banfield sigue, aunque estamos tratando de tranquilizar un poco los ánimos. Eso sí: para nosotros era un partido aparte y fue muy lindo ganarles. Tres días atrás justo se conmemoraban dos años de la muerte de Juani (el técnico Moris, fallecido en un accidente de moto). Los pibes querían una revancha, querían ganar por él, porque él también hubiera querido ganar como ganamos. Fue el partido donde más concentrados estuvimos, anduvimos bien en todas las líneas y hasta pudimos haber ganado con más amplitud. Reconozco que no son siete goles la diferencia entre ellos y nosotros. Lo que pasa es que el partido ya estaba definido y Banfield se dedicó más a pegar que a jugar".
"En la semana posterior al clásico hubo muchas cargadas y pasaron cosas con las que no estamos de acuerdo, como pintadas y pegatina de carteles. Por eso ya hemos hablado con los chicos de cuarta y quinta, para decirles que esto se terminó el domingo. Somos todos del mismo barrio y todos los días nos tenemos que ver las caras. Por ahí la gente de Banfield lo tomó a mal, pero para nosotros ya se terminó. Esto es parte del folclore y tampoco es para darle tanta trascendencia".
"Con respecto a las chances de Country en el torneo, estamos para pelearla. Ni el más optimista hubiera pensado que hoy estaríamos donde estamos. Igual, sabemos cuál es nuestra realidad: somos un club de barrio en el cual laburamos cinco personas. Estamos solos. Hace cuatro años que tenemos la actividad y nunca cobramos un mango. Esto es ad honorem. No tenemos una estructura como por ejemplo la de All Boys -que para mí es un gran candidato al ascenso- o el mismo Banfield. Acá hacemos todo a pulmón".

BRONCA Y DESILUSIÓN EN DE BATTISTI
"Más que perder con Country, lo que nos complicó fue el partido con Newbery, de la cuarta fecha. Ganábamos 4 a 0 y quedábamos primeros, pero ellos lo dieron vuelta y para el grupo fue un golpe anímico tremendo. Después perdimos todos las fechas".
"A propósito de la derrota con Country, son esos días a a uno le salen todas y al otro ninguna. El trámite estaba parejo, ellos se cerraron bien y después facturaron en cada contra. Pero es obvio que es diferencia de siete goles no es un reflejo de la realidad".
"Lo que pasó más allá de lo futbolístico es algo que molesta mucho. Yo estuve toda la noche tratando de que no pasara nada, pero ellos lo consideran un clásico y -no sé por qué- están todo el tiempo pendientes de lo que hacemos. En cambio nosotros no los tenemos ni en cuenta. Nos ganaron bárbaro, pero hicieron cosas que no sé si están bien, como venir a provocar con la camiseta de Lanús o pisarla en el área cuando iban 7-1 arriba. Nosotros les ganamos tres veces seguidas, un día hasta 14 goles les hicimos y nadie cargó a nadie. Pero si los que manejan el club están conformes con eso, allá ellos. Por nuestra parte, estamos tranquilos. Esto tiene revancha y en dos meses tendrán que venir a casa. Vamos a ver quién es el que festeja ahí".
"Con relación a la campaña general, da bronca por cómo empezamos cada años. Banfield siempre pasa por arriba a todos en el arranque y en la mitad del torneo se cae. Esta vez tenemos además una seguidilla de lesionados y expulsados terrible. Quedan diez fechas y vamos a dejar todo para buscar el ascenso, pero sé que es difícil, muy difícil".

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