Los
del Parque Avellaneda vencieron a Kimberley 5-4, y sacaron pasaporte
para acompañar a Boca, tomándose así revancha de lo ocurrido cinco
años atrás, cuando en idéntica instancia, cayeron por penales con
Caballito, que viajó con Pinocho a San Luis.
El
partido, infartante, tuvo su desenlace recién en el alargue, pues
igualaron 3-3 en tiempo reglamentario. El trámite tuvo emoción
permanente, vaivenes en el marcador y una paridad notable entre dos
dignos competidores de este 2013. Sólo por el agónico tanto de Juan
Rodríguez –de doble penal- a pocos segundos de la chicharra, ganó
América. Pero de haber triunfado Kimberley, también hubiera sido
justo. De hecho, estuvo a punto coronarse el Celeste, pues un minuto
antes del 5-4, Hurtado tuvo la gran chance de desnivelar por la misma
vía, pero Arraya tapó la ejecución y luego el Gallego no
desaprovechó la suya.
En
el ST nuevamente Farach demostró que era una carta muy peligrosa para el Celeste, y marcó el 3-2 a los 2'. Pero el máximo goleador de la jornada (qué otro que el Gallego) emparejó las cosas a los 15'. En el tiempo que restaba, ninguno mezquinó el más mínimo esfuerzo por llevarse el triunfo. Pero la chicharra dictaminó que no sería en el partido regular, sino en el alargue, donde el match se resolvería.
Entonces, Serra señaló el 4-3, tanteador que le dio cifras parciales al primer suplementario. Apenas arrancó el segundo, Rodríguez confirmó que seguía afilado, conquistando el empate para América.
Y a continuación, el trago fuerte, con los relojes cercanos a la medianoche y el corazón que galopaba aceleradamente en ambas tribunas: los del Parque llegaron a la sexta falta y Nico Hurtado (arquero suplente) ingresó para poner en práctica su especialidad: la pegada. Sin embargo, el Gato Vega, que había ingresado por Arraya, le tapó la ejecución a 1'30'' del cierre.
Y cuando era 1'15'' lo que faltaba, Kimberley también llegó a la sexta. Claro que en esta oportunidad, el que tuvo la responsabilidad de adelantar a los suyos era el hombre más efectivo de la cancha: Rodríguez. El Gallego, con suma frialdad, dejó sin chance a Lucas Farach, tanto que le dio a su equipo 5-4 y el pasaje al Nacional.
Todavía quedaban un par de emociones más, ya que Serra pasó a ser arquero-jugador y Kimberley no estuvo lejos del empate (también América malogró alguna chance más), aunque el tiempo se consumió y la pitada final de Bais y Gallego, indicó que el equipo clasificado tenía nombre y apellido: América del Sud.
SALDOS Y RETAZOS
Ambas
tribunas estuvieron colmadas. Este es el sector de América, que
además de aliento aportó su infaltable trapo con la inscripción
del club.En el otro sector, el aliento de Kimberley también se hizo oír. En general, el comportamiento de todo el público fue muy correcto. Como tendría que ser siempre.
La definición del fútbol de campo, coincidió con los instantes previos al partido. Por eso, en un buffet repleto, simpatizantes de uno y otro equipo vibraron con Vélez-San Lorenzo y Newell’s-Lanús. Cuando el Ciclón angustiosamente pudo gritar campeón, fueron unos cuantos los que saltaron de alegría. Entre ellos, Mauro García, ayudante de campo de América.
El jugador de Arsenal Diego Provenzano, mate de por medio, le explica al cuerpo técnico de América, las alternativas de su partido contra la UAI Urquiza, donde los del Viaducto dejaron dos puntos vitales en el camino, propiciando que Modelo los alcanzara en el tercer puesto de la Copa de Oro. Este desempate se jugará en el mismo escenario, es decir, en Jorge Newbery.
Dos
espectadores “de lujo”: Alejandro Cacheiro y Atilio Avanzini,
símbolos de Huracán. Presenciaron el cotejo desde la tribuna de
Kimberley.
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