Almafuerte festeja por partida doble. Anoche le ganó a El Talar y se aseguró el primer puesto de la Zona de Oro y el ascenso a Primera. Por otro lado, Daniel Ferrari obtuvo el premio Alumni 2013 al mejor dirigente del Futsal.
“No
me lo esperaba. Yo ya estaba muy contento con figurar en la terna. Por eso,
cuando mencionaron mi nombre me quedé asombrado, la verdad que lloré”, confiesa
Daniel Ferrari, quien se llevó el Alumni 2013 al mejor dirigente del año.
“Felix Zielinsky de Hebraica y Hugo Ferreyra de Newbery, tienen muchísima más
experiencia. El nuestro es un club que recién empieza en esto. Yo pensé que
quizás lo ganaba Huguito”, completa.
-¿Qué
significó para vos estar en esa fiesta con tantas personalidades a nivel
deportivo?
-Fue
asombroso tener a toda esa gente tan cerquita. Estuve charlando un rato con el
Tigre Gareca. Compartimos la mesa con Nicolás Blas y Santi Basile. Otro hecho
positivo es que entablamos una conversación con directivos de una liga de
cancha de once. Me comentaron que están interesados en arrancar con el futsal y
ojalá se pueda hacer algo para ayudarlos, porque no tienen mucha información al
respecto.
-¿Qué
sentiste cuando el presentador dijo que eras el ganador?
-Me
quedé helado. Me atraganté con el pedazo de comida que tenía en la boca. No es
por falsa humildad. Te repito, creí que lo ganaba Hugo. Pero estoy feliz,
siempre traté de hacer lo mejor para mi instutución y supongo que esto también
es de gran ayuda para Almafuerte.
-¿Cómo
recibieron la noticia en el club?
-Todos
me felicitaron.. Estaban maravillados. Tampoco se la esperaban. Esto es muy
nuevo para nosotros.
-Acaban de ascender a Primera. Hablemos
del presente futbolístico de Almafuerte.
-Yo
estoy contento desde el año pasado, donde trabajamos muy bien pero los resultados
no nos acompañaron. A diferencia de 2012, esta vez se plasmó en la red lo que
pasó en la cancha. Es increíble tener semejante diferencia de gol. El arquero,
Rabuffetti, es sensacional. Su suplente, Zicarelli, también es excelente. En
general, han formado un grupo de hombres que se puso un objetivo y yo me la
juego: van a salir campeones. Lo digo sin problemas. Y si no son campeones, el
ascenso igual ya lo tenemos.
-¿Qué
es lo que más se valora de esta campaña?
-Que
competimos contra equipos semiprofesionales, que tienen presupuesto para bancar
el plantel. Nosotros no. Pero por otra parte, en una actividad donde los
técnicos se te van si no les cumplís, Almafuerte tiene el orgullo de que sus
profes están al día.
-¿Y
con respecto a los jugadores?
-Lamentablemente
no hubo viático para ellos. Nosotros nos comprometimos a pagar lo que podemos.
No nos apuramos, sino que esperamos que todo se dé naturalmente. Nunca
edificamos castillos de arena. Preferimos ir paso a paso.
-Esa
es la frase de Merlo, ¿ustedes al que tendrían que hacerle la estatua es a
Charly Fernández?
-Sí,
lo que pasa que no vamos a saber donde meterla porque será muy grande. Hablando
en serio, Charly es un fenómeno. Está en todos los detalles, siempre encima de
todo. Como técnico es admirable, me da mucho gusto haberlo conocido.
-¿Quién
lo eligió?
-No
voy a pecar de falsa modestia: yo lo propuse, entre todos los técnicos que
vinieron a ofrecerse. Me pareció que él sabía mucho de esto, y contaba, por
ejemplo, con el mérito de haber formado de cero a 17 de Agosto. Por suerte, no
nos equivocamos.
-Como
dirigente, ¿qué opinión tenés de los técnicos a nivel general?
-Para
mí, ellos tienen un problema: están desesperados por los resultados. Eso es un
error que en la Escuela, quizás sería bueno que lo corrijan. Hacer una o dos
malas campañas, no significa que no sirvas para nada.
-¿Cómo será para Almafuerte competir en
Primera?
-Nosotros
no hacemos castillos en el aire. Vamos a reforzar lo que podamos. Calculo que
con lo que tenemos estamos bien. Por ahí precisamos hacer alguna incorporación
más allá de retener otros jugadores que no son nuestros. Pero Charly
planificará y sobre lo que podamos pagar, nos reforzaremos. Vamos a mejorar
algo, pero el club no vamos a venderlo por jugar en primera.
-¿Y
la cancha?
-La
intención es levantarla y hacerla de vuelta. El problema no es la cancha en sí,
sino el contrapiso, que es muy debil. Hemos ido a estadios que no sólo el piso,
también los vestuarios, son un desastre. Así que haremos lo que podamos.
-¿Integrás
el grupo de dirigentes que empezó porque llevó a jugar futsal a un hijo?
-Claro,
y eso me pone contentísimo. Yo estoy en esto por mi hijo Leandro. El siempre
amó a esta disciplina. Antes jugó en otros clubes y hace unos años recaló en
Almafuerte, donde forma parte de la tercera división. Si él está feliz, yo
también lo estoy.
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