abril 14, 2010

LA INTIMIDAD DE LOS CLUBES. HOY: SPORTIVO BARRACAS

El plantel barraqueño que se consagró tercero en el torneo de La Paternal (izquierda). Desde esta semana, comenzaremos a publicar una serie de notas destinadas a que el lector conozca al detalle la vida interior de cada institución relacionada a nuestra disciplina.

La entidad barraqueña interviene en el futsal desde 1994 en forma interrumpida. Luego de jugar en la división superior desde ese año hasta 2008, al cabo de esa temporada se produjo su primer descenso. En 2009 realizó una gran campaña, luchando hasta el final por el regreso y 2010 seguramente lo tendrá otra vez entre sus principales animadores. El equipo es dirigido desde 2006 por Leonardo Barrios, un ex defensor que a lo largo de su extensa carrera uso una sola camiseta: la del Sportivo. Emblema indiscutible del club del sur de la Capital Federal, más allá de ser técnico de la primera, Barrios coordina todo el futsal barraqueño. Desde su arribo y gracias al trabajo a largo plazo que anarboló, la entidad adquirió un prestigio que antes no tenía, basado en el orden y en la seriedad de la gestión.
Si bien la institución brinda un apoyo, el futsal prácticamente se maneja en forma independiente, intentando autofinanaciarse y generando recursos propios. Su presupuesto mensual promedia unos dos mil pesos, lo que incluye el alquiler del estadio de Villa Modelo (de quinta a primera división), los gastos de policía, médico, lavadero y un viático que perciben algunos de los entrenadores del club, varios de los cuales ya son recibidos en la Escuela de Técnicos o están realizando el curso. Increíblemente, Barrios cumple su labor totalmente ad honorem. Los integrantes de su plantel, en su gran mayoría surgidos del riñón del club (cuya máxima esperanza es el fenomenal «Chuky» Arrieta), tampoco cobran viáticos ni premios. El año pasado se hizo una excepción: en virtud de la excelente campaña y la clasificación para la Copa de Oro, un auspiciante donó tres mil pesos que se repartieron los futbolistas.
El presupuesto se solventa con la venta de entradas, un arancel de treinta pesos que se paga de octava a cuarta y los sponsors. Algunos, son acercados por Daniel Ramos, un papá de inferiores que además es la mano derecha de Barrios en la faz administrativa. Ramos le dijo a La Voz del Futsal:
«Barracas ha conseguido un respeto. La mejor prueba es que cuando descendimos, ningún jugador se fue. Siguen porque si bien saben que no les podemos pagar, acá se sienten cómodos. Llevan los colores bien adentro y se sienten parte de este proyecto. Igual, nuestra meta es darles aunque sea un viático en un futuro no tan lejano».
«Barrios no quiere traer jugadores de afuera sino formar los que tenemos en inferiores. Leo es un excelente formador, experto en enseñarle lo que es el futsal a pibes con antecedentes en cancha de once y papi. Cinco años atrás él tenía que hacer de todo, pero con el tiempo la actividad se ha ido encauzando y hoy camina sola: estamos organizadísimos. Cuando es así, los logros deportivos van apareciendo solos. En 2009 ya tuvimos señales de ese crecimiento. Ahora estamos esperanzados en lograr el ascenso. Yo estoy convencido que si el año pasado no se rompía la rodilla Miño (el goleador), hubiéramos ganado los playoffs cómodamente».

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