Siendo suplente de Elías en Pinocho, Javier Le Pera (en la foto junto a Calo, Benes, Germán Corazza y Riente) sufrió una lesión poco común para un futbolista. Exactamente una rueda después, volvió a jugar.
¿Qué te pasó Javier?
Esto me pasa a mí nada más (risas). Me agarró una trombosis en el brazo derecho. Son coágulos que se forman en las venas y no dejan que fluya bien la sangre. Se me inflamó todo el brazo y debí estar tres meses anticoagulado, con medicamentos.
¿Cuándo y cómo te sucedió?
Entrando en calor, en la primera fecha del Apertura, contra Kimberley. Y encima no se me desinflamaba. Pensé que se me había cortado la circulación por las culpa de las cintas adhesivas que usamos los arqueros. Me asusté como loco.
¿A pesar de todo integraste el banco de suplentes en ese partido?
Sí, menos mal que no me tocó entrar. Después fui al médico y me diagnosticaron la trombosis. Fue por un tema traumatológico, nada genético. Es medio raro en los futbolistas, se da sobre todo en tenistas.
¿Tenés una mala experiencia en cuanto a lesiones no muy comunes?
Y... algo así hay. Hace un par de años, en River, me corté en cancha de Nueva Estrella y me entró una bacteria. Me operaron para sacármela porque se me había formado gangrena. Un caso en un millón. Parecía que era más grave y al mes de operarme ya estaba jugando. Cómo te dije al principio de la nota, esas cosas me pasan a mí nada más. Pero no quiero entrar en ese terreno feo, mejor hablemos de las cosas lindas.
¿Cómo estás ahora?
Bien. Moviéndome un poco, jugando en tercera y tratando de agarrar ritmo otra vez. Hace tres o cuatro partidos que volví y estoy dando lo mejor de mí, aunque tenga que jugar en una categoría que no es la mía.
¿Qué te falta para estar en plenitud?
Un poco de ritmo de entrenamiento, pero en los partidos me sentí bien. No tengo ni idea hasta cuándo voy a seguir en tercera. De todas maneras, antes de que me pasara esto igual rotábamos entre el banco y la reserva con Pacheco. Jugar en primera estando Santiago (Elías) es muy difícil.
¿Cómo viste a Pinocho desde afuera?
Obviamente, cada vez le juegan con más intensidad y con más coraje. Eso al torneo le hace bien porque lo vuelve más atrapante. Así y todo, en el Apertura supimos aparecer en el momento justo para volver a salir campeones.
¿Te deprimiste en algún momento?
No, porque nunca dejé de ir al club. Es más, la parte física la hacía. Al estar medicado, lo que no podía era jugar para no tener riesgo de contacto. Yo quería seguir yendo. Si me quedaba tres meses en mi casa, me moría, hubiera sidio terrible.
¿Qué te decían en el club?
Todos me apoyaron en todo momento. Lo humano lo priorizan incluso por arriba de lo futbolístico. Por eso le tengo que agradecer a los dirigentes y al cuerpo médico. Se portaron diez puntos conmigo. Por más que me digan que es su deber, no dejó de sorprenderme, porque no estaba acostumbrado a que la gente actúe como tiene que actuar.
¿Hablabas con Elías?
Sí. Estaba asustado. Me decía que nunca más iba a usar cintas para vendarse las muñecas. Tenemos una buena relación, es un buen compañero.
Tu pase es de River ¿Vas a volver?
No sé si a River. Lo que da vueltas por mi cabeza es dónde voy a ir para tener continuidad. Si bien acá estoy bárbaro, uno siempre quiere jugar. El año que viene se verá.
Jugaste algunos partidos en estos dos años. ¿Cómo pensás que anduviste?
Cumplí. Estuve a la altura de Pinocho. Y eso es bastante. El mejor fue un 4-3 en de San Lorenzo. ¿El peor? Cuando le ganamos 7-6 a Juvencia en una cancha quinielera como la de Nueva Estrella. A un arquero nunca le gusta que le hagan goles. Y menos, seis.
¿Qué opinás del retiro de Jonhy Sanzi, que ahora es representante de jugadores?
Lo más lindo que me dejó el futsal son los amigos y uno de ellos es él, más allá de que en River competíamos por el puesto. Quizás algún día volvamos a compartir un equipo. Por ahí, en Veteranos. Por ahora, es muy importante lo que está haciendo y el futsal tiene que agradecerle porque abrió un mercado nuevo como España. Los jugadores con posibilidades de ir al exterior, deben valorar la persona que los lleva. Más cuando las intenciones de Jonhy no pasan por lo económico.
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