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Las Santitas y el debutante Leopardi llegaron igualadas al primer puesto del Apertura, debiendo jugarse un desempate. Ello tuvo lugar en el Microestadio Malvinas Argentinas, con victoria azulgrana por 5 a 2. Gracias a este resultado, el equipo de Alejandro Almeyra obtuvo un título más en una larga cosecha que parece no detenerse nunca.
Para hacerlo, se sobrepuso a un 1-0 adverso, ya que Leopardi logró la ventaja a los 3’, cuando un tiro de la ex Boca Abot se desvió en Medina y descolocó a Padín. Pero San Lorenzo de inmediato lo empató a través de Núñez y fue la misma jugadora la que a los 10’ metió un gol de caño, marcando el 2-1 con el cual culminó la etapa inicial.
A los 3’ del complemento Tierri le ganó las espaldas a Mosquera (otra ex xeneixe) y en el mano a mano con la arquera rival convirtió el 3-1. A los 11’, nuevamente Tierri aumentó, descontando Brusco al minuto siguiente. Esto hizo que el final tuviera una buena dósis de emoción. Leopardi realizó un gran desgaste en busca de remontar el trámite desfavorable, pero su mala puntería le impidió acortar distancia. Y cuando el encuentro ya concluía, Débora Molina señaló un golazo espectacular (bombazo al ángulo, inatajable) para sellar el categórico 5-2.
ESTO TAMBIÉN PASÓ
* Mucho público hubo en el Malvinas. Ambos equipos con barra, bombo y un aliento constante. En algún pasaje, el encuentro estuvo interrumpido precisamente porque las hinchadas no cesaban de tocar el bombo -el reglamento no lo permite- algo que la dupla Laballós-Lorenzo no permitió que pasara.
* La final se desarrolló como preliminar de Sportivo Barracas-UGAB. Aunque a decir verdad, fue más la gente que llegó para el partido de mujeres que para el pendiente del torneo de Segunda. Los desprevenidos que presenciaban el femenino por primera vez, se quedaron impresionados por la buena técnica de las jugadoras.
* Las chicas del Ciclón festejaron eufóricamente su conquista, dando la vuelta olímpica y entonando un cuantioso repertorio de cancha de once. Un cántico, hacía referencia al clásico «decime Leopa, qué tengo qué hacer, me duele (...) de tanto (...)». Sin dudas, una canción que suena muy extraña cantada por una mujer.
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