Resulta difícil creerlo pero ya pasó un lustro desde que se fue José Lopolito, el mítico vicepresidente de la Comisión de Futsal. Su vozarrón se apagó el 4 de octubre de 2006. Pocas horas antes, había participado de una de las tradicionales reuniones de los martes, en AFA. Esa madrugada se descompuso, y a las pocas horas falleció. Tenía 71 años...
Fue velado en un local de Avellaneda, por el que durante aquella jornada desfilaron innumerables personas con el objetivo de darle su último adiós. La mayoría, gente vinculada al futsal. Porque el futsal, según él mismo lo reconocía, era "su vida". Hasta el presidente de la AFA, estuvo presente. Grondona veía en Lopolito a su lugarteniente. Confiaba ciegamente en él, en lo que a la actividad se refiere.
Parece mentira, pero hace exactamente cinco años que sus gritos ya no se oyen por el quinto piso de AFA. Que el humo penetrante de sus Le Mans suaves no se olfatea en la sala de reuniones. Le habían recomendado dejar de fumar, luego de que en 1999 le efectuaran un by pass. Pero claro, testarudo como era, hizo caso omiso a los consejos. Siempre hizo lo que quiso.
Pocas días antes de su ida, había viajado a Brasil por aquella Copa Libertadores en la que Pinocho y Sportivo Barracas representaron a la Argentina. Regresó de buen humor, y muy contento por el premio Fair Play (al que le daba enorme valor) que había obtenido el Sportivo.
El futsal le había dado la oportunidad de recorrer el mundo. Pero ese sería su último viaje...
Desde estas líneas, más allá de diferencias que en algún momento hayamos tenido, lo recordamos con una sonrisa, admitiendo que hizo mucho por un futsal que sigue extrañándolo.
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