noviembre 01, 2011

Daniel Peralta: «Ojalá Falcao me recuerde como el argentino que mejor lo marcó»

Tuvo una amarga despedida el Mumo Peralta del futsal. En su último partido fue expulsado, siendo aquel encuentro el que marcó el descenso de Lamadrid el año pasado. Una Promoción contra Hebraica que no llegó a finalizar por los incidentes que lo frustraron a 41 segundos de la chicharra, cuando el Carcelero se imponía 7-5 y le faltaba sólo un gol para lograr su continuidad en Primera. “Equipo tenía Lamadrid -asegura el entrevistado-. La prueba está en que le ganamos a varios grandes, inclusive a Pinocho, pero nos relajábamos contra los más débiles. Yo también anduve bien, lástima ese final”.
Peralta confiesa: “Esa noche no pude dormir bien. Me acosté muy tarde. Se me cruzaban las imágenes del partido. Me acordaba de la expulsión. Un delantero de Hebraica se iba al gol y le quité la pelota correctamente. Se cayó, lo quise levantar y me tiró un cabezazo. Yo amagué con tirarle otro pero no lo hice. Igual, me sacaron la roja. Estaba muy asustado el árbitro (N. de la R: dirigió la dupla Pate-Germanotta), por eso también suspendió el partido cuando se armó un poco de lío”.
El Mumo, que además se desempeñaba como DT de la cuarta y la quinta de Lamadrid, también dejó esa actividad: “Largué todo junto porque era muy cansador. Ya tenía 32 años y el cuerpo siente bastante tanto desgaste. La dirección técnica tengo pensado retomarla, tal vez el año que viene. Es algo que me gusta mucho. En cuanto a dejar de jugar, mi decisión es definitiva. Lo único que estoy haciendo, es intervenir en el torneo de Veteranos para Atlanta”.
En los Bohemios hizo una buena parte de su carrera, que había arrancado en Argentinos en el 99. En 2004 pasó a Atlanta y tras haber utilizado esa camiseta, actuó en Barracas, jugando la Libertadores con el Sportivo en 2006. Finalmente, Lamadrid fue la última parada de su recorrido por las canchas.
Hasta hace un par de semanas, el Mumo no volvió al futsal ni siquiera como espectador. Sin embargo, de a poco fue revirtiendo su actitud. “Esta actividad es hermosa y siempre terminás volviendo. Dejé muchos amigos en el futsal y ahora estoy yendo a ver algunos partidos cuando ellos juegan”. Según dice, lo que lamenta es no haber visto la Copa América: “No pude ir, pero me hubiera gustado estar ahí para ver una vez más al mejor jugador del mundo. Además quería saludarlo. Falcao se hubiera acordado de mí porque lo enfrenté en aquella Libertadores. Yo quería hablar un poco de la vida y darle mi aliento para que no deje de jugar a esto. Es un monstruo, nunca habrá otro jugador así. Iba a ser lindo vernos de nuevo, pero lamentablemente no se dio”.
El partido al que Peralta hace alusión, es el 8-2 con que Malwee superó a Barracas. “Cuando terminó ese partidos charlé un rato con Falcao. Me dijo que me vio muy rápido, muy bien físicamente. Sería bárbaro que él me recuerde como uno de los argentinos que mejor lo marcó. Me enorgullecería mucho. Igual, hubo un par de jugadas en las que me dejó parado. Pero es un partido que quedará en la historia para mí. Y además, ese año Barracas se convirtió en el primer equipo argentino que ganó el Fair Play”.
La anécdota con el astro brasileño no se detuvo en la cancha, sino que continuó en el hotel. “Ellos estaban unos pisos arriba nuestro. Un día nos dijo que vayamos a su habitación, así nos daba algo de ropa. Fuimos con el Cai Martino y dos jugadores de la cuarta, Palmeiro y Araujo. Cuando entramos había un montón de bolsas arriba de la cama. Yo me llevé unas medias, un pantalón y unas calzas. Las usé muy poco porque preferí que me quedaran de recuerdo. Eso sí, la camiseta de él de la Selección me la compré en ese viaje. Son momentos tan lindos que no te los olvidás jamás”.

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