Juan Cruz Gargiulo, autor del agónico y definitorio 7-6, supera al chacaritense Konoczyk.
El equipo de Alberto Carfagna vive un momento feliz. Afirmado en la punta de la Zona A de Segunda División, los de Villa Crespo disfrutan de su mejor campaña de los últimos siete años. Claro que para gozar, antes tuvieron que sufrir. Y vaya que lo hicieron. Porque en un partido de gran emoción e incertidumbre –también de unos cuantos errores defensivos-, se toparon con un rival que lo tuvo a maltraer hasta el último segundo, y que inclusive –en un pasaje del segundo tiempo- estuvo tres goles arriba en el marcador.
Es que si algo caracterizó a este encuentro, fueron los constantes vaivenes en el resultado, en el contexto de un trámite en el cual ambos equipos se preocuparon más en mirar el arco de enfrente que en defender el propio. De manera tal que las ocasiones de peligro y las que se transformaron en gol, estuvieron presentes full time.
Palmisciano puso en ventaja al local y Chacarita igualó de inmediato, a través de Olmedo. Enseguida, la misma historia: Estrella que desnivela y la visita que se pone 2-2. Lo mismo, hasta el 3-3. Pero los Funebreros aprovecharon instantes de confusión en el adversario y pasaron al frente. El primer tiempo terminó 5-3 para Chacarita, que al comenzar el complemento, consiguió el sexto.
El 6-3 parecía el golpe de nocaut para los locales. Sin embargo, el puntero empezó a resurgir cuando descontó Gargiulo. No pasó un minuto y Escudero señaló el 5-6. Y allí, sí, hecho una tromba, Estrella fue con todo en busca del empate, cosa que consiguió a los 9’, otra vez gracias a Escudero.
Sobre los 15’, la temperatura comenzó a subir. Los dos quedaron en quinta falta y con ánimos muy caldeados. Un minuto después, Chacarita llegó a la sexta, pero su arquero Duples le contuvo el remate a Palmisciano. Y en la jugada inmediatamente posterior, Gargiulo apareció por el segundo palo y empujó a la red el séptimo gol de Estrella, ante el delirio de su gente.
Los tres minutos finales fueron altamente emotivos. En un ida y vuelta permanente, los dos tuvieron oportunidades claras de gol. No se le dio a ninguno. Aunque Chacarita estuvo más cerca, cuando Konoczyk estrelló un tiro en el palo faltando 30 segundos. También, hubo polémica: los visitantes reclamaron un par de infracciones que el árbitro Ghibaudi -desde nuestra posición acertadamente- no cobró. Y así llegó el epílogo, que quizás no sea recordado tanto por sus errores defensivos, como por su emocionante desarrollo.
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