Pocos días atrás, el Gruppo Fascina se consagró campeón de la Serie B del calcio. En dicha escuadra juega el argentino Emiliano Scocchera, quien a pesar de haber sido amonestado en el encuentro definitorio (empataron 3-3 con el Giuriato Tiene de Pablo Ranieri y Carlos Giorgio), no ocultó su alegría por el ascenso obtenido.
Sus padres, Osvaldo y Mirtha –históricos delegados del club Social Parque- estuvieron con él hasta hace algunas semanas, y fue mamá Mirtha la que nos hizo llegar este recorte de un periódico italiano, en el que destacan a “Memo” e ilustran la nota con otra foto del plantel completo.
La dama se comunicó con nosotros, obligándonos poco menos a que mencionáramos la gran campaña del “nene” en el calcio, cosa que hemos hecho, no por la “intimación” de Mirtha (la que, obviamente, no fue tal sino una amable sugerencia) sino porque Scocchera, que ya lleva ocho años y varios éxitos en la península, realmente lo merece.
Además, aprovechamos para que los papis nos contaran algo de su visita a Treviso. “Estuvimos un mes con él, en su casa, que es muy amplia. La pasamos bárbaro. Además, vimos mucho futsal italiano, que no tiene nada que ver con el argentino. Nos impresionó la infraestructura y la organización, y eso que se trata de la Serie B, que allá es la tercera categoría”.
La mamá, babero mediante, continuó el relato: “Lástima que pasó rápido. A Memo le está yendo muy bien, pero la verdad que cuesta mucho estar tan lejos de él. Yo no veo la hora de que vuelva a casa al final de cada temporada y sufro cada vez que tiene que regresar a Italia. Lo extraño horrores. Pero bueno, sé que esta es su profesión y que todo es por su bien”.
El caso de los Scocchera, posiblemente sea similar al de cada integrante de la legión argentina que juega en el calcio, donde las fuertes añoranzas se entremezclan con los deseos –más cercanos a la razón que al corazón- de consolidar un bienestar económico que, lamentablemente, el futsal local no permite.
En el transcurso de los próximos días, Emiliano y muchos otros compatriotas, comenzarán a llegar a Buenos Aires. El ciclo, entonces, estará cumplido una vez más.
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