Alan Calo observa el suelo húmedo. El partido se suspendió cuando faltaban once minutos y el Bicho ganaba 7-4.
El intenso chaparrón que cayó sobre Buenos Aires pasadas las once de la noche, dejó inconcluso el partido Lamadrid-Argentinos. La visita ganaba 7 a 4 y parecía tener el trámite controlado. Sin embargo, debido al agua que se filtró, el piso se mojó y ahora habrá que esperar a que sea programada la reanudación.
El partido empezó a puro gol. Disputados cuatro minutos ya hubo seis gritos. Una cancha de dimensiones reducidas, algunas desatenciones defensivas y la buena puntería de los shoteadores favoreció el hecho de que los Bichitos se impusieran por 4-2 muy tempranamente.
Alos 9’ y a los 14’, aumentó Argentinos y se colocó 6-2. Pero un posterior descuento de Lamadrid le dio a los de Devoto un poco más de confianza para afrontar la segunda etapa. Hasta allí, las cosas estaban 6-3.
A los 5’ Fantacone logró un nuevo descuento, pero cuando los locales mejor parecían estar anímicamente, Vatter enfrió la reacción carcelera marcando, segundos después, el séptimo de los visitantes.
Lamadrid insinuó cosas interesantes cuando la dupla Calo-Blanco (que debutó en el torneo) lograba juntarse, aunque en muchas ocasiones la defensa rival logró cortar ese circuito ofensivo. También los potentes disparos de Rugnone le trajeron alguna complicación al equipo de Coronel. No obstante, los Bichitos volvieron a exhibir su solidez como argumento inapelable y en el último de los casos, la agilidad del Goma Ranieri le permitió ponerle cerrojo a su arco. Ofensivamente, las excelentes condiciones de Vatter, Rossi y Ferreira, hicieron el resto.
Hasta que el inoportuno aguacero obligó a Fernando Laballos a suspender el partido. Quince minutos después, ya no quedaban rastros del temporal. Pero la planilla ya estaba cerrada y ahora, Lamadrid y Argentinos deberán volver a encontrarse para concluir un cotejo que este domingo sufrió un epílogo inesperado.
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