Allende es de Primera. Así quedó establecido este fin de semana. El sábado, el Tricolor se benefició con el empate de Newbery –su perseguidor más inmediato- ante Country y, sin tener que esperar al domingo, pudo celebrar el hecho de que ya nadie pudiera alcanzarlo en la tabla de la Zona 1 de Segunda División. Al día siguiente, se presentó para cumplir con el fixture en cancha de Estrella de Boedo. El local, lo superó por 2 a 1, pero obviamente, el resultado poco les importó a los numerosos seguidores del equipo de Devoto.
Detrás de la derrota en la última fecha del torneo, Allende dejó una luminosa estela de triunfos que lo catapultaron a la división superior. Gracias a ellos, construyó la campaña que le permitió acceder a ese sitial al cabo de su quinta temporada en el futsal. En la segunda etapa sólo sufrió tres caídas: dos de ellas en las dos primeras fechas, contra Newbery (1-4) y Arsenal (0-7) y la tercera se la propinó Country (4-5), cinco jornadas antes de la consagración, cuando se vislumbraba que sería difícil que el equipo de Gabriel Tancredi pudiera ser bajado de la punta.
Sin embargo, como quedó reflejado en aquellos resultados negativos del principio de la Copa de Oro, las cosas no resultaron sencillas en el inicio de la fase decisiva. Las dos derrotas consecutivas –sobre todo aquella durísima goleada ante Arsenal- provocaron incertidumbre y viejos fantasmas sobrevolaron el horizante tricolor. Recuerdos de finales perdidas después de grandes campañas, regresaron para convertirse en una mueca de preocupación en jugadores, cuerpo técnico e hinchas. En la tercera fecha, un empate con All Boys (7-7) sirvió para romper la racha negativa, y a partir de la cuarta fecha y una brillante actuación ante Country (10-4), la serie de triunfos fue hilvadándose hasta formar una cadena de nueve éxitos consecutivos, merced a los cuales pasó de estar último en la tabla a encabezar la misma. A continuación, vino la mencionada caída en Country y luego cinco victorias más, que depositaron al equipo en el umbral del ascenso, contra Banfield. Entonces, llegó el fin de semana tan ansiado, en el cual los resultados mencionados permitieron que esta vez sí, el festejo pudiera cristalizarse sin temores.
En cuanto a los protagonistas que iniciaron este año el periplo soñado, están Hernán Barallobre –un ex arquero riverplatense que cumplió con las grandes expectativas que había en su llegada-, Fernando Rossi, Damián Deluca (dos de los máximos baluartes en el engranaje tricolor), Federico Gasali, Leandro Baratucci (ambos estuvieron sin interrupciones en el club desde su ingreso al futsal, hace cinco años), Julián González, Ezequiel Izquierdo, Juan Giupponi (emigraron para luego regresar al primer amor), Maximiliano Bigati, Sebastián Miño, Juan Ramón, Gastón Vera y Nicolás Medina. Algunos fueron quedando en el camino, como Miño, Vera o Ramón. En cambio, el plantel se fue enriqueciendo con la llegada de jugadores importantes: algunos, ya estaban “en casa” y formaban parte de la sensacional tercera que salió campeona de la primera parte del año (después también obtendría el bicampeoanto): Juan Lamanna, Rodrigo Rolandi, Marcos Bertone, Santiago Córdoba, Mariano Martínez, Fernando Rúa y Klotz Escobar. Además, se produjo una incorporación de lujo, que en realidad era el retorno de Elio Giupponi, el hijo pródigo que había estado a préstamo en Boca, pero deseaba ponerse nuevamente la tricolor con la ilusión de dar la vuelta olímpica que tantas veces se le había negado. Y su aporte, resultó notablemente valioso. Tanto es así que culminó la segunda fase como goleador del equipo junto a Deluca, con 18 tantos (muy cerca, con 16, quedó Rossi).
Todos fueron los grandes responsables de la conquista, comandados por un cuerpo técnico con Gabriel Tancredi a la cabeza del proyecto, quien estuvo secundado por Fernando Trasancos en la prepración física y Gustavo Scianca como ayudante de campo. Un grupo de dirigentes y delegados que trabajó a pulmón y sin perder el entusiasmo, también hizo su aporte. En definitiva, la vuelta olímpica los encontró felices, unidos por emoción y con la tranquilidad del deber cumplido.
Foto: gentileza www.pasionfutsal.com.ar
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