El festejo íntimo de un Argentinos que estuvo diez partidos sin ganar. Esta noche, derrotó a San Lorenzo 13 a 4.
Como si los golpes lo hicieran revivir en vez de enterrarlo, Argentinos una vez más parece asomar la cabeza frente a la adversidad. Hace 48 años se conoció la sanción de la AFA, dándole por perdido su partido ante Kimberley (que también perdió los puntos) y una clausura de cancha que totaliza nueve fechas. En lo futbolístico, un panorama desolador daba cuenta de nueve derrotas y un empate en sus últimas diez presentaciones, y un plantel diezmado, sin varias de las figuras que lo catapultaron a los primeros puestos del Apertura (Vatter, Marcelo González, Novizky, Rubio y Ranieri son sus ausencias).
Ante semejante situación, el técnico Coronel debió, hace algunas fechas, echar mano al semillero y así encarar el resto del torneo. Fueron apareciendo entonces chicos de tercera y cuarta división (ver nota de abajo), que aportaron una cuota de aire fresco y le dieron una fisonomía diferente al equipo. De todas maneras, los resultados negativos se sucedían...
Hasta esta noche, en la que haciendo las veces de local en el gimnasio de Pinocho, recibió a un San Lorenzo a priori más sólido y experimentado.
En los primeros minutos la pesadilla amenazaba con prolongarse para los de La Paternal. Ni bien comenzó el partido abrió la cuenta Valdés, a los 5’ aumentó Stazzone y apenas Alonso señaló el descuento, nuevamente Valdés puso el 3-1 cuando se jugaban 13 minutos. Pero a partir de aquel instante, todo cambió. Porque San Lorenzo descartó todo lo bueno hecho hasta ese lapso, sufriendo una serie de equivocaciones que rápidamente lo llevaron a la ruina. Argentinos, estuvo muy lúcido para saber aprovechar cada error de su rival, si bien también fueron numerosos los aciertos genuinos que experimentó su joven conjunto.
El primer tiempo terminó 3-3, producto de otro descuento de Alonso y el empate señalado por Bagnato en contra de su valla. Y si San Lorenzo había empezado a confundirse sobre el cierre de aquella etapa, lo que hizo en la segunda fue directamente para el olvido. Los dirigidos por Trama perdieron la brújula a los dos minutos, desde que en otra acción desafortunada Valdés también batió su valla y Argentinos se colocó 4 a 3. Y todavía no se habían completado 4 minutos cuando el resultado ya estaba 7-3 para los Bichitos, frente a un adversario obnubilado e inmerso en la desesperación.
El Ciclón intentó apoyarse en la variante del arquero-jugador durante todo el partido, pero jamás le dio resultado. Ni con Puñal (su arquero-arquero), ni con Pucheta después, ni con Valdés como tercera opción. Todos ellos procuraron ser el punto de partida para ejercer presión, pero debido a que no hallaron la precisión adecuada, terminaron por generar contragolpes letales en lugar de ataques propios.De modo tal que los goles de Argentinos fueron acumulándose uno tras otro, de la mano de un Rossi impacable (metió seis), de un Luis González que se pareció al de los mejores tiempos y al excelente acompañamiento del resto: Servín, Geraci, Alonso, Cotella, el arquero Carullo y todos los pibes, que merecen un párrafo aparte: el que primero entró fue Gil Dalcó, quien tuvo un auspicioso primer tiempo y contribuyó para emparejar las acciones en el peor momento de su equipo. Cuando Argentinos ya ganaba, fueron ingresando todos los demás: Catelani, Zamora, Martínez y Ríos. Todos cumplieron y contribuyeron para que la diferencia se fuera incrementando. Y en el último minuto hasta pudo haber dos goles más de sexta falta, pero una ejecución se fue afuera y la otra la atajó Valdés. ¿Qué semejante goleada hubiera resultado exagerada? Es cierto. Y seguramente el 13-4 también lo sea. Pero lo que no es exagerado, es el optimismo que tiene la gente de Argentinos después de este volver a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario