El primer tiempo tuvo connotaciones donde la paridad fue la principal protagonista. Sin embargo, Caballito aprovechó una sexta falta faltando apenas cuatro segundos, y se puso 2-1 merced a un violento remate de Bottinelli, que ingresó especialmente para ejecutar la penalización. Anteriormente, había sido también el local el que había encontrado la ventaja provisoria, cuando a los 10' Aostri guapeó en el área y venció la resistencia de Villaggi.
Nueva Estrella insistió en busca del empate y logró su cometido a los 16', a través de un espectacular zurdazo cruzado de Diego Calderón, que dejó a Nakamura totalmente sin reacción. El Bebu, respetuosamente, no celebró la conquista, por su pasado con la camiseta verde.
Luego, Caballito volvió a desnivelar en base a la sexta falta mencionada, siendo ese 2-1 clave para proveerse de la tranquilidad que en el segundo tiempo lo llevaría a imponerse.
La obligación dada por la desventaja sufrida al final de la etapa inicial, condujo a Nueva Estrella a atacar con una tenacidad mayor. Esto provocó que el tramite adquiriera emoción y un ida y vuelta cada vez más marcado. Pero el hecho de que los dirigidos por Mónaco fueran por el empate, también propició que al jugar más al filo, no estuvieran exentos de cometer descuidos defensivos. Y, precisamente, uno de ellos fue muy bien capitalizado por Caballito, que se abroqueló en el fondo pero no desechó la posibilidad de sumar volumen ofensivo en tanto tuvo la oportunidad. Así, Giménez marcó el 3-1, tras una arriesgada salida de Villaggi.
El 4-1 llegaría muy cerca del final. Nueva Estrella ya estaba decidido a "matar a morir", con el Bebu Calderón en la posición de arquero. Como suele suceder en reiteradas ocasiones, el recurso no dio el resultado esperado y en cambio, el que terminó beneficiándose fue su rival. Lo hizo otra vez gracias a una sexta falta. Como en el primer período, Bottinelli ingresó para ejecutar y su potente remate se introdujo en la red, para que su equipo se asegure los tres puntos, el liderazgo en la tabla, y -en el caso de Botti- para continuar bien arriba de la tabla de goleadores, algo absolutamente inusual para un arquero.
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