Se llama Tomás Ortega, juega en la categoría 2001 de River y es el hijo del famoso "Burrito". Fecha tras fecha, viste la casaca millonaria en el torneo promocional. Tiene buenas condiciones, siendo sus características naturales las ofensivas. Es diestro, le gusta encarar, gambetear y llega al gol con frecuencia, siendo el goleador de su equipo.
Caer en la tentación de compararlo con su papá es sencillo. Sin embargo, tal vez sea mejor el consejo que invita a no hacerlo: Ariel es Ariel, Tomás es Tomás. Por ahora, se trata de un chico de apenas nueve años que posee un largo recorrido por delante.
Cuentan quienes lo tienen en el club, como su director técnico Julio Mariani y el profe Diego Rodríguez, que progresó mucho en la práctica del futsal. Que empezó tímidamente y hoy se ha ganado un lugar en el elenco titular. Este es su único deporte, ya que asiste al colegio en doble escolaridad y los horarios le impiden, como otros pibes de su edad, jugar además en cancha de once.
Su papá lo va a ver algunas veces, si bien sus compromisos profesionales últimamente no se lo permiten. Pero si el Burrito va, el revuelo que se genera a su alrededor es importante, lo que quizás también sea una razón para que Tomy prefiera ir acompañado de su mamá.
Y ahí puede vérselo, disfrutando del futsal y muy contento junto a sus compañeritos, donde es uno más entre tantos rostros entusiastas y ávidos de divertirse con una pelota en los pies.
Sus técnicos, que también lo tratan como tal, aseguran que tiene futuro si sigue en el buen camino. Un futuro que ojalá continúe emparentado con el futsal por muchos años.
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