Hoy: Andrés FigueredoA partir de esta entrega comenzaremos a realizar una serie de notas, que tendrán como objetivo saber en qué andan algunos personajes (técnicos, jugadores o dirigentes) que, habiendo dejado una huella en nuestra actividad, están actualmente retirados de la misma.
El “Oso” Figueredo fue el técnico que condujo a Independiente a Primera División, en la temporada 2004. El ascenso llegó para los Rojos gracias a haber ganado el torneo reducido (venció a Newbery en la final) en el mismo torneo que consagró campeón a Caballito Jrs.
Siempre dirigido por el mismo DT, si bien la campaña no fue del todo buena, el equipo mantuvo la categoría al año siguiente. Pero el 2006, Independiente lo comenzó con un nuevo entrenador: Sebastián Pacheco.
Figueredo decidió alejarse por propia iniciativa y a partir de ese momento fueron escasísimas las oportunidades en las que volvió a pisar una cancha de futsal. Desmitificando que se haya ido en malos términos, el mismo “Oso” se encarga de desentrañar el misterio: “No, acá no hubo nada raro, simplemente estaba saturado. Fueron ocho años a full, primero como jugador de Villa Modelo, después como técnico y más tarde dirigiendo a Independiente. Necesitaba un descanso, porque además, justo acababa de nacer mi primer hijo”.
Si bien sus razones son entendibles, no deja de llamar la atención que transcurridos más de dos años de su alejamiento, le haya dicho adiós a la profesión. Un adiós que asegura, es definitivo: “La verdad que no me veo nunca más en una cancha de futsal. ¿Los motivos? Y... no sé. Estoy muy dedicado a mi laburo, tengo a mi familia –ya con otro hijo- y aquello es un capítulo cerrado”.
A pesar de sus impresiones, pretende esclarecer que su paso por el futsal no le dejó ningún sabor amargo: “Al contrario, me dio muchas alegrías y siempre le estaré agradecido. Lo mejor es cuando me encuentro gente por la calle y todos me saludan con afecto. Fue una etapa muy linda”.
Con respecto a Independiente, afirma: “Sigo en contacto con mucha gente del club y cuando me cuentan de las grandes campañas de los últimos tiempos y de la clasificación para la Copa, me pone muy feliz. Nosotros hemos trabajado mucho para que el futsal en Independiente saliera adelante, y el progreso que consiguió aún a pesar de que yo ya no esté, me reconforta enormemente”.
Por último, se refiere al carácter vehemente que a veces lo convertía en protagonista de un espectáculo aparte durante los partidos: “Soy una persona muy temperamental y me transformaba cuando la pelota se ponía en movimiento. Pero si con mi forma de ser perjudiqué a alguien pido disculpas. Sólo fue por la calentura del juego”.
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