No son muchos los que están al tanto que el futbolista del Inter e integrante de la Selección en el último Mundial, jugó en Caballito Júniors hace más de una década. En efecto, era apenas un pibe de cuarta división cuando la entidad de la calle Nicasio Oroño hizo su ingreso al futsal, en 2003.
Su papá Ricardo hacía las veces de delegado en AFA junto a Eduardo Ferrando, quien también tenía a su hijo en la misma categoría. En este caso, Ezequiel llegaría a la Primera de Caballito y se afirmaría rápidamente pese a su juventud. En cuanto a Ricky, actuó ese año en la cuarta y alcanzó a debutar en Primera con sólo 15 años, pero su carrera en fútbol de campo, lógicamente, le demandaba la mayor parte de su atención. A esa altura, estaba jugando en las inferiores de Boca.
Pronto pasaría a Vélez y concluiría su recorrido por el futsal. En 2004, sólo actuó a cuentagotas en su división de origen, también, junto a otro '88 que ya empezaba a destacarse con creces: Leandro Cuzzolino. ¿Otros compañeros? Decivo, Juan Martín Cortés, Maugeri, Sebastián López, Nadini, Portugués y Nakamura. Sí, el mismo arquero de ascendencia japonesa que aún hoy sigue siendo parte del elenco verde.
Alvarez, como era de esperarse, dejó el futsal en esa temporada, la misma en la que Caballito subía a Primera División de la mano de Augusto Mónaco. Lo demás, es historia más conocida: su arribo al plantel superior de Vélez, el debut, la transferencia al Inter y su nombramiento para la Selección.
El futsal y Caballito parecían haber quedado muy atrás en el tiempo. Por eso, antes de que corra el riesgo de caer en lo que sería un doloroso olvido, aquí rescatamos su interesante historia.
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