Unos días después, el Tribunal resolvió aplicarle un apercibimiento a Almafuerte y el propio club inhabilitó por un prolongado lapso al agresor para concurrir al estadio.
La AfA también decidió que ambos partidos se reprogramaran y que el local deba abonar los gastos de traslado de Banfield. Finalmente la semana pasada, ambos pendientes se jugaron.
La información, hasta aquí, más allá del repudio que generó este acto de violencia, no dista de ser algo bastante frencuente. Pero lo que de ninguna manera lo es, tiene que ver con la actitud de Banfield, que no sólo aceptó viajar con sus dos divisiones más chicas a San Martín en un día laborable, sino que además, no permitió que la dirigencia de Almafuerte le pagara el micro, tal como había fallado el Tribunal de Disciplina.
Conmovidos por el gesto de sus pares del Taladro, los de Almafuerte quisieron agredecerles y lo hicieron mediante la sencilla entrega de un banderín, que en la AFA el delegado Daniel Ferrari le obsequió a Sebastián Concetti, directivo banfileño y de la Comisión de Futsal. "Este tipo de gestos prácticamente no existen más, así que no podemos más que agradecerles, máxime cuando nuestro club está pasando un difícil momento económico", le dijo Ferrari a Concetti, que respondió: "No tienen nada que agradecer, si se puede ayudar, lo haremos, porque sabemos que es muy grande el esfuerzo que ustedes y todos realizamos para que esta actividad pueda seguir adelante".
Acto seguido, se hizo entrega del baderín y La Voz del Futsal fotografió el emotivo instante.
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