Cristian "Titi" Borruto en la concentración argentina, junto a su mujer y su suegra."Los nervios por el debut están, pero es un nerviosismo bueno". Cristian Borruto inicia así el contacto con la Voz del Futsal. Parece extraño, pero a pesar de haberse ido a Italia hace tres años, le cuesta mucho hablar en castellano. "Se me traba todo", confiesa, mientras hace un gran esfuerzo por soltarse frente al grabador. A medida que transcurre la charla, lo va logrando.
"Italia es muy lindo, distinto", cuenta el jugador del Montesilvano, quien junto a Leandro Cuzzolino bajó hace un par de días del avión para sumarse al plantel argentino. "Si puedo quedarme allá mejor", asegura, dejando en claro que se adaptó muy bien a la vida europea. En Montesilvano, vive junto a su mujer, la misma que junto a su suegra, fueron a visitarlo a la concentración del Torre Hotel en uno de los pocos momentos libres que los jugadores tienen para recibir gente.
En la Argentina, se quedó la otra parte de los parientes cuando el Titi dejó su hogar de Avellaneda, en 2007. Al preguntarse por quiénes se compone su familia, dice. "Y... mis hermanos... ¿Cuántos son? Y... muchos, un montón", sorprende con la respuesta.
A la hora de mencionar los recuerdos de Independiente, contesta apenas brevemente: "Los partidos contra Pinocho es de lo que más me acuerdo".
Enseguida, llega la hora de hablar de la Selección: "Para mí es un orgullo ser convocado. Nunca jugué en mi país con esta camiseta. Al equipo lo veo bien. No jugamos juntos todavía. Pero los jugadores de acá se entienden bastante. Se nota que hace tiempo que se conocen".
A continuación, se refiere a la experiencia de estar concentrados en Buenos Aires: "En la concentración la estamos pasando bien. Entrenamos mucho y no hay tiempo de aburrirse. Bah, en mi caso, por el cambio de horario, estoy todo el día durmiendo. ¿La relación con los compañeros? Es muy buena, la amistad más fuerte la tengo con Cuzzolino. Tanto acá como en Italia, estamos todo el día juntos", completa.
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