Una panorámica de la cancha. El Brasil "muleto" enfrenta al dueño de casa.
Scioli posa junto al elenco invitado. Los de amarillo son los que jugarán el partido. Los de azul, los verdaderos jugadores.
Con escasas horas de sueño encima, los campeones de América observaron de afuera.
Atrás de uno de los arcos, se ubicó la barra que alentó a la Argentina en la Copa América.
La cancha tiene palco y tablero electrónico para seguir el resultado y el tiempo de juego.
Hasta hay una cabina radial desde donde se transmiten los partidos en vivo por los altavoces del complejo.
Un "Falcao" que no es Falcao, junto al árbitro Brazenas y Daniel Scioli.
Otro sector de la cancha, con más percusionistas. También hay publicidad estática. Más arriba, la gigantesca imagen de la virgen.
Increíble pero real. ¡La estatua de Diego Maradona! El "diez" está sentado en una tribuna lateral.
Una enorme vitrina con todos los obsequios recibidos por Scioli. Están en todos los detalles.
En el complejo hay un quincho con parrilleros que sirven choripanes y asado para toda la concurrencia. No hay que pagar ni siquiera las bebidas.
Una ambulancia, por si hay algún lesionado de urgencia.
Una imagen surrealista. Un par de jugadores brasileños, Jeremías y Danilo, se pusieron a tocar en medio del partido con la barra "local". Se ve que llevan la música en la sangre.
Terminó el partido y llega la hora de los obsequios. Scioli y un presente para Neto, el mejor jugador de la Copa.
El auxiliar técnico Vander Iacobino, a punto de recibir un inmenso trofeo.
Más fotos y sonrisas. Los brasileños vivieron un domingo distendido.
Impactante. Dos estatuas increíblemente reales de Perón y Evita, a un costado de la cancha.
Los jugadores juegan un "loco" con los pibes de la zona.
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