Integrante del cuerpo técnico de Almafuerte, el «Tucu» Sánchez Denis (a la derecha de la foto, junto a Gastón Catelani) vivió una Copa América de ensueño.
Para Roberto Sánchez Denis, tuvo connotaciones especiales la Copa América. Es que más allá de su nacionalidad, el Tucu disfrutó el título brasileño por haber acompañado a su delegación durante toda su estadía en Buenos Aires.
“Mi corazón estaba divido –confiesa-. Soy argentino pero por un lado quería que ganara Brasil. Por eso, también me siento un poco campeón”. Llegan los elogios: “Son grandes profesionales y al mismo tiempo, muy humildes. Ahí es dónde sacan la diferencia. Tanto los jugadores como el cuerpo técnico y los dirigentes. Me hicieron sentir uno más del grupo”.
Sánchez Denis recibió pocos días antes del inicio de la Copa, la gran noticia. “Claudio Frino me preguntó si quería cumplir esa función. Le contesté que con mucho gusto. Para mí era más que un honor ser el coordinador de la Selección de Brasil. No lo podía creer. Por mi cabeza pasaban mil cosas. Y es el día de hoy que todavía no caigo. Es como un sueño”.
Más allá de la alegría, ciertas dificultades se presentaron con el tema idiomático: “Fue complicado, pero sobre la marcha uno iba entendiendo”, indica, agregando que se llevaba mejor “con el técnico Sorato, que hablaba bien español, su ayudante Vander, y de los jugadores, tenía una relación bárbara con Danilo y Neto. Por eso, cuando lo eligieron como el mejor del torneo me alegré un montón. Fue un justo reconocimiento. Encima Neto juega en la misma posición en la que jugaba yo”, cuenta el “Tucu”, que como futbolista pasó por River, APV y Platense. “Todo el mundo me preguntaba por Falcao –puntualiza-. Y más allá de su fama, él es uno más dentro del plantel. Un profesional cien por ciento al que sus compañeros respetan mucho”.
A propósito del primer enfrentamiento entre ambas selecciones, apunta: “Lo viví relajado porque los dos ya estábamos clasificados. No tenía esos nervios y esas sensaciones encontradas como sí tuve en la final. Pero ellos en ningún momento hicieron diferencias conmigo. Al contrario, después de haber salido campeón me dejaron entrar al vestuario. Festejé y me sentí un brasilero más”.
No fue su única celebración: tras la consagración “me invitaron a comer a Siga La Vaca, lo mismo que al chofer del micro. Hubo un antes y un después del 5 a 1 con Argentina. Hasta ese partido, se mostraban serios y siempre muy concentrados. Pero después soltaron toda esa onda tan brasilera. Mucho grito y samba...”.
Noche de sábado... Todo dicho. Luego de cenar en Puerto Madero, el plantel se dirigió a una disco de Palermo, donde les habilitaron el Vip por gestión del propio tucumano. “Se divirtieron a lo grande. Todo era sambar, sambar y sambar. Por eso digo que el baile lo llevan adentro. ¿El trago favorito? Cerveza bien gelatta, como dicen ellos. Y algunos tomaron speed con vodka. Pero hasta en eso son profesionales. Saben bien hasta donde deben tomar para divertirse sin caer en el descontrol”.
Siete de la mañana del domingo. El regreso al Hotel Continental luego del boliche se convirtió en el preludio de otra sorpresa para el Tucu. “Pasé por mi casa a cambiarme y al volver al Hotel, Sorato me dio la noticia de que jugaría para ellos en el amistoso contra el equipo de Scioli. Si algo me faltaba era eso. Otro sueño cumplido”.
En Villa La Ñata, Brasil estuvo representado por su cuerpo técnico y algunos refuerzos como Sánchez Denis: los jugadores no actuaron en la quinta del Gobernador. “Usé la número cinco. Mal no anduve, aunque, obvio, estaba cansado. Si no dormí... Nos golearon 18 a 4, pero igual me sentí feliz. Y ni que hablar cuando metí el último gol. Es algo que, al igual que todo lo que me sucedió en esa semana, no lvidaré jamás”.
El Brasil "muleto" que enfrentó al equipo de Villa La Ñata. Estuvo compuesto por auxiliares y cuerpo técnico del campeón de América, Sánchez Denis y Gastón Catelani.
No hay comentarios:
Publicar un comentario