noviembre 27, 2011

SALDOS Y RETAZOS (DE BOCA-CAMPEÓN)



El festejo de Boca y un grito que esperó ocho años. Desde 2003, el elenco xeneixe no saboreaba un campeonato. En aquella oportunidad había ganado el Clausura, destronando justamente a River, que bajo la dirección técnica de Oscar Trama venía de obtener los dos torneos anteriores. Como sobrevivientes de aquel título, quedan Godoy, Canessa y Farina. Guisande, se había marchado a Italia por aquellos años.

La noche comenzó con la victoria de River en tercera. Los millonarios ganaron 2 a 1 quitándole el invicto a Boca, que la semana pasada  había dado la vuelta olímpica. Los allegados a River se lamentaban que su único partido perdido del campeonato, fue por falta de médico, ante Nueva Estrella. Después, ganaron los demás encuentros e igualaron con Hebraica. "Si no fuera porque perdimos en el Tribunal, los campeones hubiéramos sido nosotros", reflexionaron algunos allegados al plantel.
  Christians Martínez Cuenca y Leandro Lorenzo fueron los árbitros de la tercera, sumándose luego a colaborar con sus colegas de primera. El cotejo preliminar fue ardorosamente disputado. Si bien los jueces lo sacaron adelante con su gran oficio, sobre el final hubo algún incidente, producto de que los de River -no todos- hicieron gestos fuera de lugar dirigidos hacia la tribuna rival. El técnico Fernando Mena Segura, con su habitual caballerosidad, subió personalmente a pedir disculpas por el desliz.
 Ricardo "Fogonazo" Peirano, vigila de cerca el saludo previo. El inefable fotógrafo realizó la cobertura del clásico como en cada evento definitorio. Eso sí, apenas arrancó la primera, partió rápidamente de la cancha. Su trabajo, ya estaba hecho.
El superclásico a punto de empezar. Casualmente los capitanes fueron los dos arqueros: Lucas Rodríguez y Guisande. Junto a ellos la dupla Guibaudi-Pate, que tuvo una acertada actuación, en el contexto de un trámite que, más allá de algún roce tras la chicharra, fue muy correcto.
 El que mueve es River. ¿Cómo fue desarrollándose el marcador? Santos puso en ventaja a Boca (6'), aumentó Soto en contra de su propia valla (10'), descontó Ferro (12') y nuevamente Santos puso el 3-1 (18') con el cual finalizó el primer tiempo. En el complemento amplió la cuenta Custodio (2') y el mismo jugador estableció el 5-1 (14'). Taffarel convirtió el 6-1 (16') y otra vez el uruguayo Custodio (17') rubricó el 7-1 lapidario.
 La tribuna cabecera fue destinada para los parciales xeneixes. A los pocos privilegiados que lograron ingresar se sumó el plantel de tercera, que impuso un ruidoso aliento durante la mayor parte del partido. Por algún instante, dejaron de lado los gritos a favor de su equipo para "gastar" a los de River con el siempre vigente "el que no salta es una gallina".

 El tiempo muerto pedido por Christian Meloni en los momentos previos al desenlace. El DT boquense recibió múltiples felicitaciones y también, las infaltables cargadas de parte de sus dirigidos. Especialmente los pibes de tercera, ya que además, dirige esa división.
Facundo  Ruscica en el "minuto". River hizo un decoroso primer tiempo, teniendo a su rival a maltraer durante buena parte del mismo. Sin embargo, en los momentos claves pegó Boca, siendo el 4-1 de Custodio al comienzo del ST un golpe difícil de asimilar para el juvenil plantel local. Los de Ruscica terminaron por derrumbarse cuando otra vez el uruguayo señaló el 5-1, a falta de 5' para la chicharra.
 Una vista panorámica del estadio de 17 de Agosto, que como se preveía, lució semivacío. Los beneficiados resultaron unos jóvenes basquetbolistas de Córdoba, que con motivo de un intercambio con los de Villa Pueyrredón, se quedaron a dormir en el club, y desde un sector privilegiado pudieron seguir el encuentro. Desde allí también lo vieron los hermanos Santiago y Hernán Basile, los únicos "neutrales" que consiguieron eludir el riguroso dispositivo de seguridad -había una docena de efectivos- para estar presentes en el cotejo que tanta gente ansiaba ver.
Punto final. Arranca la celebración xeneixe. Besos, abrazos, vuelta olímpica, risas, lágrimas y una inmensa alegría de parte del plantel boquense.
María, la mamá de Mauro Taffarel, muy emocionada, bajó al rectángulo de juego. Con su inseparable Biblia, contó un difícil momento de salud que atravesó su hijo hace algunos días. Por eso, Mauro jugó muy poco ante Pinocho, pero se tomó revancha anoche, ya que tuvo un excelente rendimiento, coronado con un golazo de emboquillada (el 6 a 1) muy cerca del cierre.
Por último, una vez más el festejo auriazul. El más emocionado del plantel era José Luis Godoy, quien consciente de que era éste su último partido -había anunciado su retiro algunas semanas atrás- derramó no pocas lágrimas ante el caluroso saludo de sus compañeros. El Boli también repartió unas tarjetas donde se lo veía en sus comienzos con la casaca xeneixe, y cuyo título era "¡Gracias!". Sin dudas, un referente.

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