abril 21, 2012

NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA



Habíamos prometido la nota y acá está. Adrián y Thomas González protagonizaron un récord difícil de igualar: integraron el mismo equipo siendo padre e hijo. 

El último domingo se escribió uno de los capítulos más emotivos de una historia conmovedora. Adrián González, a los 46 años, se dio el gusto de integrar por primera vez el equipo junto a su hijo Thomas, 30 años menor que él. Sucedió en la tercera de Villa Argentina, que le ganó 5 a 4 a Estrella de Maldonado en cancha de Atlanta.
“Lo estábamos esperando hacía mucho”, comentaron al unísono. Si bien ninguno de los dos hizo goles, el papá destacó que jugaron un buen partido, y que al pequeño Thomas “le hicieron la falta gracias a la que después ganamos”.
La historia es conmovedora porque refleja el amor por el fútbol de este personaje que en diciembre cumplirá 47 años y por ahora, dice que “no pienso retirarme, me siento muy bien físicamente”. Claro, es conciente, de que la feroz competencia en primera, exige un plantel más joven. Por eso, se conforma con despuntar el vicio en el preliminar. Y lo hace dignamente.
Entretanto, su hijo tiene edad de cuarta, siendo esta la primera oportunidad en la que el técnico Fabián Ponce lo citó en tercera. La situación también es curiosa porque Adrián es el entrenador de las inferiores, teniendo a su cargo de octava a cuarta división. Es decir que en esta categoría, se transforma en técnico de Thomas cada fin de semana. Pero contra Estrella de Maldonado, la habitual relación técnico-jugador cambió por la de simples compañeros de equipo.
Hay otro dato importante: Adrián no es sólo jugador y técnico. Además, cumple tareas dirigenciales en el club de Gerli, y prácticamente el futsal está bajo su responsabilidad y la de su familia. Sin ir más lejos, su esposa es la delegada en AFA de los albiverdes.
Por último, existe un tema doloroso que rodea la magia de este particular encuentro. Hace algunos años, uno de sus hijos, que entonces jugaba en la quinta de Villa Modelo, falleció a causa de una meningitis. En su momento, Adrián habló valientemente del tema y cuando en 2008 Villa Argentina debutó en AFA, no pudo evitar que alguna lágrima se derramara en los instantes previos a la pitada inicial. Seguramente, en este partido tan especial, el recuerdo también habrá sobrevolado la cancha de Atlanta.


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