Corría 2006 y ahí estaban el Coco y el Coquito, en esta foto, más "Coquito" que nunca dada su condición de futbolista que daba sus pasos iniciales en las selecciones nacionales. Se trataba de un Sub 17 que realizó algunos amistosos no demasiado formales, pero que sirvió para que el DT Juan Llorens fuera conociendo el material que había en inferiores cuando ese terreno estaba absolutamente inexplorado. A partir de entonces se les empezó a prestar a los juveniles la atención que merecían, y por supuesto, Santiago Basile estuvo presente en prácticamente todas las convocatorias hasta ingresar a la Mayor.
En aquellos tiempos, era un pibe que había asomado en la primera de All Boys Saavedra, de la mano de César González y que no tardaría en ratificar sus condiciones también en el plantel superior.
En tanto, Hernán era un ignoto aspirante a entrenador que despuntaba su pasión como ayudante de Condorito, y en las inferiores de la entidad de Saavedra, donde había dirigido a su propio hermano. Eso sí, ya utilizaba su infaltable gorrita con visera, la que casi diez años después (aunque queremos creer que no es exactamente la misma) forma irremediablemente parte de su vestimenta.
El implacable paso del tiempo, trajo más kilos para la humanidad de Hernán, pero también un evidente progreso técnico. A paso firme fue escalando posiciones hasta convertirse nada menos que en el entrenador del campeón del Apertura, casualmente, (o no tan casual) en el mismo equipo donde actúa su hermano menor: Kimberley. Obviamente, hace rato dejó de ser aquel ilustre desconocido, siendo ahora uno de los más reconocidos en base a un trabajo que al fin dio los frutos de un título local.
En cuanto a la visera, todavía no hubo manera de convencerlo de que se la quitara: "Si salimos campeones del Clausura me la saco", le anticipó a La Voz del Futsal. Sólo el tiempo dirá si será capaz de cumplir su palabra...
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