La final mundialista coincidió con la tira de inferiores. Por lo tanto, los buffets de los clubes se llenaron y aquellos que lograron eludir el futsal por algunos momentos, se agruparon en torno a la pantalla chica, como puede apreciarse en estas imágenes del restaurante de San Lorenzo, que se convirtieron en un fiel testimonio.
Las preferencias con respecto a quién debía ser el campeón estaban bastante repartidas. Los que no hinchaban por España, más que su favoritismo por Holanda, adoptaban esa actitud en base a la antipatía por los "gallegos fanfarrones". De todas formas, con el triunfo español los que estaban contentos eran mayoría. Y los que seguían lamentándose por la suerte argentina, eran todos.
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