Pucheta asumió la conducción del equipo tras la desvinculación de Fabio Pérez, dejando de lado su función de jugador: «Para mí, en esta primera experiencia como DT, fue tremendo -confesó-. Cuando tomé el equipo sabía que sería muy duro. Era un fierro caliente. Encima perdimos varios partidos seguidos. Eso fue muy complicado de superar, pero los chicos no se dejaron caer y siempre siguieron yendo a las prácticas, sobreponiéndose a todos los obstáculos. Por todo esto, no merecíamos descender».
A pesar de estar habilitado como para hacerlo, Pucheta no jugó más mientras desempeñó su nueva funicón: "Nunca pensé en volver a jugar -apuntó-. Lo tuve claro siempre. Me mentalicé como para poder separar el jugador del técnico. Y me fue bien. Nunca sentí que podía dar una solución desde adentro de la cancha. Pero sí de afuera. Ser técnico, y ya no jugador, es lo que me llena hoy».
Acerca del tanteador adverso que logró remontar Juvencia, que había caído 5 a 2 y ganó 4 a 1 en la revancha, manifestó: «La verdad que sufrí un montón. Fueron muchos nervios, son situaciones muy límites. Pero trabajamos en base a que durante el partido teníamos que tener el corazón caliente y la cabeza fría. Nos convencimos de que tres goles no es nada, más en una cancha tan chica. Lo fundamental era hacer el primero. Nos cerramos en rombo esperando algún error, pero después tuvimos que salir unos metros a presionar. Ajustamos las marcas, dejamos de exponer tanto al último hombre con el pivot y realizamos un sacrificio enorme. Hay que valorar lo que se hizo hoy, es muy difícil lo que pasamos».
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