El fútbol -la vida- siempre da revancha. Y sino, que lo digan Matías y Lucas Curcio, los hermanos surgidos de Huracán que viven un fin de año insuperable. Uno, Matías, campeón con All Boys, club con el que retornará a Primera División. El otro, Lucas, doble-campeón con Boca: el Clausura, la Copa Alvaro Castro y la clasificación para la Libertadores.
Un par de años atrás, parecía imposible todo eso. La experiencia de ambos en Italia no había sido satisfactoria. A continuación, Matías, el mayor, jugó para Ferro y luego para Boca. Pero la pesadilla, sin dudas, se hizo carne en el menor de los Curcio, que también intentaba fichar en el cuadro xeneixe pero estuvo un año sin poder hacerlo, debido a una insólita inhabilitación que un empresario inescrupuloso había logrado imponer en AFA.
A fines de 2010, finalmente, Lucas fue habilitado. Pero apenas llegó a jugar un par de partidos junto a su hermano Matías, que se fue de Boca por discrepancias con el cuerpo técnico, tras haber jugado muy poco en la entidad.
El 2011 fue diferente para los dos. Muy positivo para ambos. Matías arregló en All Boys, donde integró un equipo que hizo una gran campaña, consiguiendo el ascenso directo a Primera. Lucas, por su parte, se afianzó en el conjunto dirigido por Meloini y luego de un primer semestre bueno, la segunda mitad resultó excepcional para él y sus compañeros, que ganaron todo.
El miércoles, los hermanos se reencontraron en una cancha. Matías actuó en el preliminar de la doble jornada de Tortuguitas y su equipo le ganó la final a Barracas. Después jugó Lucas, que también venció a Pinocho.
La foto juntos, por lo tanto, no podía faltar. Seguramente, el fin de año los encontrará con las copas levantadas, dando las gracias por lo que ha sido una temporada sensacional. Totalmente opuesta a las peores épocas de su campaña futbolística.
Es que el fútbol -la vida- seimpre da revancha.
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