Primero venció a Arsenal, después a Glorias, luego a Hebraica. En semifinales despachó a Kimberley y por último, hasta el Boca recientemente consagrado campeón del Nacional sucumbió ante el equipo del Parque Avellaneda, que tuvo un año excepcional desde todo punto de vista.
Es que a medida que escalaba posiciones en la Copa Argentina "Andrés Rovegno", en forma paralela continuaba con la gran campaña que en el torneo local, lo conduciría al ascenso a Segunda División. En el medio, también se daría el gusto de ganar la Copa A Dos Toques en Chapadmalal.
Lo meritorio es que este extraordinario 2015 lo construyó apoyado en una base de gente del club, empezando por su técnico Sebastián "Tano" Spampinato, que contó con un plantel conformado mayoritariamente en las entrañas de la entidad del Parque Avellaneda. Con algunas excepciones como el caso del arquero Fernández (ex Juventud de Tapiales y El Porvenir), Gomila, Ramón y Caviedes, grandes exponentes del mundo alvearista como Olivelli, Mouras, Leiva, Corvatta, Dubini, García, Suriano, Dughetti, Pantano, Bertola, Malga, Gutiérrez, formaron a lo largo del año parte de este proyecto "made in casa" bien planificado desde la dirigencia.
Luego de la alegría del ascenso y la satisfacción de haber eliminado a cuatro conjuntos de Primera en esta Copa Argentina, llegaría la frutilla del postre: una notable levantada tras ir en desventaja por 2-0 ante Boca (goles de David Fernández en contra y Garcías) y la llegada al empate a través de Dubini y Leiva.
Tras el 2-2 Luis González también batió su propia valla, por lo que Alvear se puso arriba en el marcador a falta de 7 minutos. Allí, se hizo presente la Ley del Ex, ya Taffarel, que justamente años atrás había sido compañero de Mouras, Olivelli y compañía, consiguió el 3-3. Pero no pasaría mucho tiempo para que el resultado final quedara sellado. Jonathan García fue el encargado de cerrar la noche en Avellaneda, mediante un furibundo shot que dejó sin chance alguna a Loreto.
Sin bien todavía restaban algunos minutos, Alvear clausuró los caminos hacia su arco y estoicamente, neutralizó todos los ataques xeneixes. La pitada final de Dardo Viñas (otro que tuvo una noche muy especial, al ser su último partido oficial) inundó de algarabía el gimnasio de Racing. La vuelta olímpica y los miles de abrazos, besos y felicitaciones, se apoderaron de la escenografía del estadio racinguista para luego, seguir en caravana hacia el Parque Avellaneda.
El partido pudo verse en vivo por DxTV. Nuevamente, cumplieron una excelente transmisión.
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