EN UN PARTIDO ENTRETENIDO, BOCA FUE MÁS EFICAZ QUE KIMBERLEY

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El partido prometía, por tratarse de dos equipos con aspiraciones a luchar por los puestos de vanguardia. Y Boca-Kimberley cumplieron con esas expectativas. Ganó el local 6-3, si bien en buena parte del cotejo, las acciones equilibradas no hicieron pensar en que el desenlace sería por una diferencia de tres goles. Sobre todo al cabo de la primera etapa, donde el 0-0 reflejó un trámite cerrado, con más precauciones de parte de Kimberley y mayor tenencia del balón por el lado xeneixe, aunque sin poder quebrar el cerco defensivo formado en torno a Lucas Farach, de impecable tarea en aquella etapa inicial.

Al comenzar el segundo tiempo un golazo de Martínez Riveras representó el inicio de un partido con más emociones. Hasta allí el libreto de Kimberley daba resultados, pero bastó que Santos empatara dos minutos después, para que Boca pasara a ser protagonista y en un par de ataques más desnudara ciertas desatenciones defensivas en la visita. A los 6' Custodio y a los 8' Santos (con una gran emboquillada por sobre el arquero adelantado) pusieron las cosas 3-1.

Pero Kimberley se repuso, descontando a través de un tiro esquinado de Gonzalo Farach. Corrían 10' y las cosas con ese 3-2, estaban para cualquiera.

A los 13', otro gol del efectivo Custodio (4-2) no fue impedimento para que Kimberley intensificara sus ataques. Y el nuevo descuento logrado por Dopico (4-3) a los 14', no hacía más que confirmar que los últimos cinco minutos serían altamente emotivos.

Hubo un dato importante: Kimberley llegaba a la quinta infracción (algunas, muy discutidas desde el sector visitante hacia el árbitro Laballós y sus asistente; de parte de los jugadores, en cambio, no hubo protestas) y Boca no dejaría pasar esa chance. A los 16', Ruscica, tomó a un rival de la casaca. ¿El resultado? Sexta falta, conversión de Farina y 5-3.

Un minuto después, los de Meloni aplicaron el golpe de gracia en una jugada también cuestionada por los visitantes, que reclamaron una mano previa a otro espectacular envío de emboquillada (esta vez de Taffarel) que implicó el 6-3 definitivo.

Esa desazón enfrió el ímpetu del equipo de González, arribando Boca a una victoria que, pocos minutos atrás, no parecía tan cómoda como la que en definitiva obtuvo, y que le permite seguir invicto, y a dos puntos de River, su archirrival que hoy es único puntero.