Brasil se metió en la final del mundo al superar 4 a 2 a los rusos. A continuación, españoles e italianos definen el restante lugar. Así vio el partido FIFA.com
En un partido de resultado incierto hasta el final, Brasil hizo prevalecer su oficio, superó a la durísima Rusia por 4-2 y se clasificó para disputar la final de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2008. El encuentro se jugó este jueves en Río de Janeiro.
En su plan inicial, Rusia salió a plantarle cara a anfitriona a pesar de la ausencia de Sirilo. ¿Cómo? Sin temor a presionarla o a moverle el balón. Pero Brasil dejó en claro desde el inicio que estaba dispuesta a jugar su juego pero, al mismo tiempo, a luchar cada balón como el último. De hecho, allí estuvo la diferencia en la primera etapa. Porque primero, a los 4, Lenísio robó un balón en campo ruso y Schumacher apareció por derecha para anotar el 1-0. Luego, a los 8', fue Vinicius quien ensució la salida rival en el área, dejando el balón servido a Falcão para que el ídolo anotara el 2-0.
Rusia seguía teniendo más tiempo el balón, es cierto, pero no encontraba la puerta correcta para llegar al siempre atento Tiago. Salvo algunos remates de Pula o Damir Khamadiev, o algún intento aislado del hábil Konstantin Maevskiy, los europeos inquietaba poco y nada. Hasta que apareció Pula con un derechazo a los 18' y puso a su equipo a tiro.
Rusia no tuvo tiempo de hacer dudar a Brasil porque un minuto más tarde, Ari centró de una pelota que parecía perdida y Vinicius, de cabeza, puso el 3-1. Pero eso cambió sustancialmente con el gol Khamadiev a los 26', que definió simple tras un enorme pase sin mirar de Vladislav Shayakhmetov desde su campo. Porque Rusia percibió la pasividad brasileña, afiló las uñas y fue decidida a por más.
Los cinco minutos finales fueron emotivos. Carlinhos perdió un mano a mano increíble con Sergey Zuev; luego, Tiago le tapo un buen remate a Maevskiy. Rusia tuvo una situación inmejorable para empatar a los 38', pero Khamadiev estrelló su remate en el poste. Y Brasil no la perdonó: 26 segundos después, Lenísio volvió a robar un balón en campo rival y asistió a Gabriel para el 4-2.
Ahí sí Brasil comenzó celebrar su pasaje a la final, donde irá en búsqueda de su cuarta corona, logro que se le niega desde hace 12 años.
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